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Últimamente podemos presumir de muy pocas cosas en este país. Estar a la vanguardia en algún campo no es nuestro fuerte, por eso el Ayuntamiento de Madrid ha querido ponernos a la cabeza de lo que ellos denominan “seguridad vial por infracciones de límite de velocidad” y que no es otra cosa más que recaudar, recaudar, recaudar y tiro porque me toca.
Coincidiendo con la campaña de navidad y aprovechando la masificación de itinerarios en la capital por estas fechas, el equipo de gobierno con su inefable alcaldesa al frente –Doña Ana Botella– han instalado 4 nuevos dispositivos para controlar la velocidad: 3 de ellos son radares fijos y el cuarto es un nuevo juguetito al que han denominado “multirradar”.
Los nuevos aparatos fijos se encuentran en diferentes ubicaciones. El primero de ellos, en Santa María de la Cabeza, en sentido al centro de Madrid. Justo después de la Plaza Elíptica, en el Puente de los Capuchinos. Cuidado con él, porque dispara a todo el que pase a más de 50 km/h. Otro más se ubica en el Paseo de la Castellana, frente al hospital de la Paz. Y el tercero está frente a la sede de TVE, en la calle O’Donnell, reemplazando a los vehículos camuflados que acostumbraban a instalarse allí. La nueva joya de la corona, el “multirradar”, se ha instalado en los túneles de la M-30 concretamente entre la salida del Puente de Segovia y la de la Ermita del Santo. Su particularidad radica en su capacidad de fotografiar simultáneamente a todos los vehículos que circulen por los cuatro carriles y en ambos sentidos. Siendo capaz de realizar hasta 1.000 disparos en un día.
La nueva máquina de multar del Ayuntamiento llevaba al menos dos meses en fase de pruebas por su complicada puesta a punto, ya que fotografiaba a todos los vehículos de su alrededor y no solo a los infractores. Una vez superado este contratiempo, el radar se encuentra a pleno rendimiento y haciendo caja para las arcas municipales. Estos nuevos dispositivos vienen a sumarse a los ya existentes y hacen que Madrid cuente con 25 radares fijos, 4 radares móviles instalados en vehículos camuflados recién renovados y 4 más de los conocidos como radares de trípode, que cambian de ubicación constantemente.Gracias a estos dispositivos el Ayuntamiento ha cursado en lo que llevamos de año alrededor de 400.000 multas, pero no os preocupéis, lo hacen por nuestra seguridad. El dinero en este caso no tiene nada que ver...
