La denominación L7 no debe confundirnos porque es un modelo que llegará probablemente a mediados de 2016 aunque con la denominación 2017, tal y como ha sucedido con la GSX-S1000 L6.

La sexta generación de la GSX-R1000 llega con la promesa de ser una moto competitiva en todos los frentes, incluido el precio, donde la marca japonesa llega con la intención de hacer daño de verdad a su competencia. De momento Suzuki no da cifras pero esto puede significar que estará en torno a los 15.000 € y además probablemente habrá una versión de especificaciones más modestas sobre los 13.000 €.

Puede parecer a simple vista más de lo mismo pero estamos ante una moto completamente nueva que aporta más tecnología en todos los frentes y una carrocería rediseñada sin perder las claves estéticas de sus predecesoras. Suzuki afirma que es mucho más aerodinámica y ya en las imágenes transmite mayor sensación de ligereza gracias a unas líneas más compactas. Suzuki no ha favilitado

La iluminación Full Led, con intermitencias incluidas y la nueva instrumentación más propia de MotoGP que de una moto de calle, con abundante información, juegan un papel decisivo en su renovación.

Pero quizás el motor es el punto más novesoso, no sólo porque ahora aporta 200 CV y la pone en órbita con todas sus rivales sino porque introduce por primera vez en una moto de esta clase la distribucion variable. Esto persigue un rendimiento del motor óptimo y constante en toda la gama de revoluciones gracias precisamente a la variacion de las fases de apertura y cierre de las válvulas que mediante este sistema varían su funcionamiento en según el régimen de giro del motor.

Su acelerador electrónico permite seleccionar hasta 10 modos diferentes del control de tracción y ofrece varios modos de conducción (3) así como ABS controlado electrónicamente, quickshifter bidireccional y launch control o control de salida. Esto hace que de un paso adelante pero sin hacer uso de una plaforma inercial IMU que sirve para introducir una electrónica más compleja y precisa pero también encarece el producto. Suzuki quiere una superbike, efectiva, sofisticada pero racional en todos los sentidos.

Todo esto se combina con un sistema de escape Suzuki Exhaust Tuning-Alpha (SET-A) y el sistema Suzuki Top Feed Injector (S-TFI), que juntos dan lugar a lo que Suzuki denomina Broad Power System. Todo esto tiene la clave en la positiva experiencia protagonizada este año en MotoGP y que permite ofrecer una aceleración lineal en toda la banda revoluciones.

En la parte ciclo, aparte de su nuevo chasis doble viga de aluminio, esgrime unas suspensiones muy sofisticadas aunque no electrónicas, otro elemento que encarece mucho el producto, y para ello ha confiado en Showa. Delante monta una excepcional Balance Free Fron Fork desarrollada en competición, capaz de adaptarse a muy diferentes circunstancias de uso y condiciones gracias a que además es totalmente regulable. Parece que la hipotética versión "barata" contará con una horquilla Showa convencional.

Detrás Showa aporta un monoamortiguador de la misma maca denominado Balance Free Rear Cushion (BFRC), más ligero, compacto y eficiente que la unidad previa y por supuesto totalmente ajustable. Los frenos están protagonizados por sendas pinzas delanteras monobloque Brembo.

Todo estos cambios sitúan de nuevo a la GSX-R como una moto competitiva que trata de estar a la altura sin caer en el error de ser la mejor a cualquier precio. Por eso la lógica y la deportividad extrema se dan la mano una vez más bajo las siglas GSX-R1000.