El proyecto está es fase de desarrollo pero BOTT tiene muy claros sus objetivos y como lograrlos. Persigue una relación peso potencia pasmosa: más de 150 CV y menos de 150 kg. Por eso la rebaja del peso ha sido una tremenda obsesión que ha obligado a usar materiales ultra ligeros a la vez que prescinde de todo lo prescindible; la ausencia de sistema de arranque ya supone un ahorro de 8 kg, lo que obliga a usar un arrancador para ponerla en marcha.

La XR1R deriva de la XR1 pero aporta unas intenciones mucho más radicales en su planteamiento, por eso el bastidor es ahora de titanio y cuenta con una electrónica prácticamente de carreras: permite tener control de tracción ajustable, seleccionar entre tres mapas de motor diferentes, control de lanzamiento y limitador de velocidad (para el pit lane).

Como se puede ver en las imágenes, todo es de extrema calidad en cuanto materiales y componentes. Y todo libera un intenso aroma estadounidense, no solo por el diseño sino por la arquitectura del propulsor Big Twin en torno a la que se construye la moto cuyo punto de partida es una Buell, de la que conserva su característico disco de freno perimetral y su pinza de seis pistones.

Durante los próximos meses se llevarán a cabo las pruebas y el desarrollo final del producto, así que os ofreceremos todas las novedades que David Sánchez y su equipo vayan anunciando. Ya estamos ansiosos, sobre todo de que el proyecto de Pikes Peak salga adelante en 2017 y podamos tener a esta formidable representante "made in Spain".