Texto: Rubén Pérez Fotos: Carolina F. Varela

El genial filósofo y ensayista español, José Ortega y Gasset acuñó la cita: “Dime cómo te diviertes y te diré quién eres” décadas antes que la firma de Mattighofen produjera esta nueva KTM 690 Duke 2016. Pero de lo que no cabe duda, es que si el bueno de Ortega y Gasset hubiera disfrutado de esta moto, la famosa cita habría sido pronunciada por ella.

No sabemos si tras meses de diseños, producción y campañas de marketing una marca espera que se diga de su motocicleta que es DIVERTIDA. Pero te puedo confirmar que no hubo un solo momento, en los días que tuvimos la moto de pruebas, que no la aparcáramos con una enorme sonrisa debajo del casco. Y eso para mí como usuario es innegociable. Cualquier motocicleta nos ofrece mejores sensaciones para nuestro día a día que el resto de medios de locomoción, pero esta KTM 690 Duke además nos aporta ese plus de diversión que hace que nuestros trayectos se conviertan en pequeños placeres cotidianos.

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A simple vista

Quedarnos solo en la diversión sería no hacer justicia a la renacida 690 Duke. Este nuevo modelo de 2016 ha sido revisado en infinidad de sus componentes, tanto en la parte estética, de ciclo y motor. A simple vista no se aprecian cambios significativos respecto al modelo anterior, pero cuenta con un nuevo asiento algo más mullido, llantas de nuevo cuño, un escape diferente y adelgazado, nuevos gráficos en sus plásticos, chasis en color negro azabache y una nueva trasera. Lo cierto es que bajo nuestro punto de vista sigue pecando de una estética a años luz de las excitantes sensaciones que nos reserva, demasiado tibia desde el punto de vista visual. Pero sobre gustos...

Nada más subirnos a ella notamos que es una moto muy compacta, con un manillar de aluminio amplio y una postura de conducción que carga el peso sobre el eje delantero -ayudada por unas estriberas montadas algo retrasadas-, lo que delata que nos encontramos ante una motocicleta muy ágil. En cuanto a habitabilidad es buena teniendo en cuenta su distancia entre ejes, ya que te deja moverte con cierta libertad en su asiento, situado a una distancia del suelo de 835 mm, un poco alto para los más bajos pero merece la pena el esfuerzo de encaramarse.

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Tras girar la llave de contacto descubrimos el nuevo display digital, una pantalla TFT que presenta una lectura muy clara y que adapta automáticamente su iluminación a la luz ambiente. Cuenta con abundante infomación y un pequeño ordenador de a bordo que se maneja desde la piña izquierda, donde hay cuatro pulsadores para moverse por el menú. Además de parámetros interesantes como el consumo de combustible o los diferentes odómetros con sus respectivas medias, también manejamos el control de tracción desconectable o los diferentes mapas de motor: Sport, City, Rain. Sin embargo la navegación por el menú no nos pareció muy intuitiva.

El rey de los ‘mono’

Al pulsar el botón de arranque un delicioso sonido resuena de su escape. Siempre me ha parecido que los motores monocilíndricos con cierto cubicaje tienen una musicalidad especial, pero este nuevo motor de la 690 te atrapa como si la mismísima filarmónica de Viena ejecutara un movimiento de Mozart. Melomanía pura. Desde hace años la relación de KTM con los motores de un solo cilindro es una historia de amor. Los de Mattighofen son probablemente los mejores del mundo con esta configuración y esta última evolución que monta la Duke se sitúa muy por encima de sus escasos rivales "mono". Con mucho respeto hacia el resto de fabricantes, los de la firma austriaca no juegan en otra liga, lo suyo es simplemente otro deporte. Der König.

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El corazón de la máquina

La nueva mecánica no altera su cilindrada y mantiene los 690 cc del modelo anterior, aunque sí cambia las cotas internas aumentando el diámetro de los cilindros y el pistón en 3mm, y disminuyendo la carrera. Esto nos ofrece una mejora de las aceleraciones. Aunque el mayor cambio se lo lleva la culata. Comenzando con un nuevo diseño más compacto que ha permitido desplazar el árbol de levas hacia atrás y así hacer sitio para montar un segundo eje de equilibrado que ayuda a reducir las vibraciones y favorece que el motor ofrezca un tacto más agradable en todo el régimen de revoluciones.

Esto se agradece en trayectos urbanos donde debes sortear el tráfico al circular en marchas cortas. La parte motriz es una delicia, los ingenieros nos han regalado 5 CV más con respecto a la versión anterior, dejando la cifra en 73 CV. Algo impensable hace poco tiempo en una mecánica monocilíndrica. Esta KTM 690 Duke nos permite desplazarnos muy rápido, si no fuera por su escasa protección aerodinámica, podríamos mantener excelentes cruceros en viajes por autopista, donde es difícil acabarse su motor y fácil ver la velocidad superar los 180 km/h poniendo a prueba las cervicales.

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En ciudad como ya hemos comentado, su utilización se restringe a las primeras marchas, ya que en marchas altas y con pocas revoluciones el motor ‘ratea’ pidiendo que acciones la palanca inmediatamente hacia abajo. Por el contrario, su autentico hábitat son las carreteras secundarias y a ser posible con infinidad de curvas, donde el margen de utilización del motor te permite catapultarte de una a otra sin ningún esfuerzo y con extrema rapidez gracias a una respuesta instantánea y demoledora, con una adorable querencia innata a levantar la rueda delantera en marchas cortas.

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Lo mejor es que respecto a la versión precedente se nota un mayor control de las vibraciones, una tacto más fino del acelerador y del motor a bajas rpm, manteniendo un genio cautivador que te invita constantemente a ir por el lado salvaje. Y todo con un consumo de combustible que durante la prueba estuvo en torno a los 4,5 l/100 km, una cifra muy razonable.

La agilidad hecha moto

No solo del motor vive esta Duke. Si KTM ha conseguido fabricar una moto tan apetecible, también es gracias al chasis y la parte de ciclo. La mejora en su manejo proviene de la rebaja en 4 mm del basculante y en las cotas de dirección, con un ángulo que se reduce de 32 a 28 grados y el avance aumenta de 115 a 122 mm. La moto la llevas por donde quieras con solo insinuarlo. Es sumamente ágil tanto en carretera como ciudad, aquí además sumamos su estrechez, lo que te permite moverte con desahogo entre los coches. Y en carretera, moverla de una curva a otra es una delicia por la buena predisposición que muestra para seguir nuestros deseos y pensamientos, mostrando una capacidad de inclinación muy respetable a la que ayudan sus buenas gomas Metzeler.

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La frenada es otro punto a destacar; sigue confiando en un equipo Brembo con pinza de anclaje radial de 4 pistones que muerde un disco flotante de 320 mm de diámetro. Incorpora además un sistema ABS Bosch de doble canal que extiende también su funcionamiento en curva. El día de la sesión de fotos que ilustra este reportaje, sometimos a los frenos a un intenso trabajo en uno de nuestros tramos favoritos de curvas, y no mostraron desfallecimiento en ningún momento. Ayudados por su ligereza (150 kg) somos capaces de detener la moto con una simple insinuación de la maneta.

Las suspensiones se siguen confiando a WP. Monta delante una horquilla invertida con barras de 43 mm y en la trasera un amortiguador sobre bieletas de 135 mm de recorrido. Que aunque puedan aparentar un tacto algo duro en ciudad, en carretera transmiten muchísima información al piloto y ‘leen’ perfectamente la cinta de asfalto, aceptando el mal trato de la conducción más deportiva con suficiencia gracias a su solidez.

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Y te diré quién eres

Me imagino que no se le puede pedir mucho más a una moto hoy en día cuando hablamos de naked de carácter deportivo, aunque si entramos en el apartado económico, no resulta una moto barata. No obstante si a su estética, motor, chasis, frenos y facilidad de manejo le sumamos el plus del ‘montón de diversión’ que trae de serie, tal vez deberíamos pensar en hacer el esfuerzo y pagar los 7.990 € que cuesta, ya que los vale céntimo a céntimo.

En definitiva esta KTM 690 Duke de 2016 pasará a formar parte de mi lista de deseos del año. El día que devolvimos la unidad al concesionario, estuve a punto de encadenarme a ella para revindicar una semana más de préstamo, fue una despedida dura. Así que si quieres saber quién eres deberías empezar a divertirte y más con esta KTM.