Su seña de identidad es la innovación sin pararse a contemplar costes, tan sólo el peso. Eso y la osadía tecnológica, que también es importante para estos apasionados de Rimini. Sus deportivas se caracterizan por el empleo de una suspensión delantera por basculantevyrus_987_2m
de doble brazo con dirección mediante un sistema de rótulas y bieletas, y hacen que hasta la más sofisticada horquilla de MotoGP parezca un vestigio desenterrado en Atapuerca a su lado. Rodeando propulsores suministrados por Ducati, un complejo chasis de aluminio mecanizado reducido a la mínima expresión se encarga de conectar con la máxima rigidez el bicilíndrico y ambas ruedas, mientras que de suspender al piloto sobre el conjunto mecánico se encargan unos subchasis realizados en aluminio o en material compuesto a base de fibra de carbono, a gusto del cliente. Lo cierto es que el chasis procede directamente del presentado por Bimota en la Tesi hace más de 15 años y aunque por tanto no puede decirse que sea una innovación en sí mismo, no deja de ser todavía hoy una sofisticada pieza de ingeniería que parece llegada del futuro.  

La gama básicamente consta de tres modelos, 984, 985 y 987, así que en Vyrus no han perdido el tiempo buscando complejas y evocadoras denominaciones. Si al mirar sus motos no sientes nada entonces que da igual que las llamen como las llamen, porque no te enteras de la fiesta. Esta gente, como todos, tiene sus obsesiones y sin duda el peso de las motos es una de las más importantes. Las vyrus_987_lateralVyrus  pesan en seco 150, 157 y 155 kilos, según se trate del modelo con propulsor
de dos válvulas por cilindro y refrigeración por aire (90'5 caballos), del que emplea la
mecánica refrigerada por agua y cuatro válvulas por cilindro (155 caballos) o de su más reciente creación, con el motor 1.198 cc de 185 caballos. Estas cifras de rendimiento ya no asustan a casi nadie en los tiempos que corren, pero si volvemos a mirar lo que pesan las bailarinas entenderemos que no será tarea fácil evitar que interpreten todo un repertorio de cabriolas y piruetas sobre el asfalto.

Para adaptarse al estado de ánimo del piloto nada mejor que un ángulo de dirección regulable entre 18 y 24 grados, para encontrar “ese” reparto de pesos preferido y sus gustos al trazar. La distancia entre ejes es de 1.365 milímetros en el modelo refrigerado por aire y de 1.395 en el de agua. Todo lo demás, se hace al gusto. Los frenos Brembo de serie parecen de baja gama comparados con los discos cerámicos opcionales; y los amortiguadores pueden ser unos sofisticados elementos completamente regulables con efecto de comprensión y extensión que no requieren muelles helicoidales o unos súper efectivos Ohlins. Hasta el ángulo de inclinación que controla el efecto progresivo de estos es regulable. También se ofrecen elementos realizados con sofisticadas aleaciones o kits de potenciación  y, como estos chicos no le tiene miedo a nada, puedes encargar tu nueva Vyrus con un control de tracción electrónico para regular hasta qué punto la rueda trasera tendrá que pelearse con la elevada cifra de par. El cliente siempre tiene la razón, y ya se sabe que hombre precavido...
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