Cuentan que un día, hace años, la niebla obligó a interrumpir la comunicación marítima en el Canal de La Mancha y el diario británico The Times tituló a toda página: “El Continente, aislado”. No sé si será cierto pero puede serlo perfectamente, y en cualquier caso viene al pelo de la decisión que tomaron ayer en referéndum los ciudadanos británicos. El sí al Brexit deja claro el descontento mayoritario del país con las instituciones comunitarias; y quizá pueda tacharse de no ser la más adecuada desde el punto de vista económico, pero demuestra que se equivocan quienes piensan que la economía lo es todo (en especial cuando tu tasa de paro es prácticamente un cero técnico).

En el mundo de la moto la marca más importante del “Imperio Británico” es Triumph, que produce al año en torno a 60.000 motocicletas vendidas en los cinco continentes y que lógicamente sufrirá las consecuencias de la decisión al igual que cualquier otra empresa exportadora. Nos hemos puesto en contacto hoy mismo con responsables de Triumph en España y, casualidad o no, se encuentran de viaje en Gran Bretaña desde donde nos han transmitido confianza. Sus argumentos son que a partir de ahora se abre un periodo para la negociación de las condiciones de salida que durará al menos un par de años, por lo que no debería haber cambios inmediatos. Además, según la fuente oficial consultada, no está claro que una hipotética depreciación de la Libra con respecto al Euro y el Dólar no pueda ser incluso positiva para la competitividad de sus productos y en cualquier caso el mercado comunitario europeo representa no más de un 20% del total de la producción de la marca.

¿Cómo afectará el Brexit a Triumph?  

Hay otros datos no tan halagüeños, como los que publicó Toyota con respecto al global de la industria de la automoción en el Reino Unido. Según la marca japonesa, que cuenta con centros de producción en las islas británicas, los costes de producción aumentarán un 10% en la industria del automóvil local. Parte de los suministradores de Triumph son empresas europeas, lo que incrementaría el coste al que la marca compra parte de los componentes de sus motocicletas como consecuencia del más que probable aumento de los aranceles cuando se materialice el Brexit. Ante esta situación deberán elegir entre seguir manteniendo la actual cadena de suministro, repercutiendo el incremento arancelario y de transporte en un aumento en el precio final de sus motos, o recurrir a más proveedores asiáticos, de donde ya proceden buena parte de sus piezas, para evitar el incremento de precio con el que presumiblemente saldrían las Triumph con piezas “Made in EU” de la factoría de Hinckley.

Esta parece una opción muy adecuada para una marca eminentemente británica pero que lleva años expandiendo su producción a países con mucho potencial como India, donde cuenta con una factoría propia de la que saldrá en breve un nuevo modelo de 250cc destinado a los mercados asiáticos; Tailandia, donde también ensambla modelos en la localidad de Chonburi o Brasil, donde dispone de una planta de ensamblaje.

Los mercados internacionales pueden suplir las ventas de Europa

triumph americaEn torno al 85% de las ventas de Triumph corresponden al mercado exterior. Su creciente penetración en el mercado norteamericano, donde en 2015 consiguió ser la marca Europea más vendida por primera vez en décadas y por delante de BMW Motorrad, así como los nuevos mercados emergentes en los que planea entrar con mucha fuerza, probablemente hagan que los responsables de la marca consideren más interesante invertir en seguir aumentando la fuerza de ventas en otros continentes en detrimento de la Europa Continental, donde se vende actualmente en torno al 20% de su producción anual.

Así pues es posible que el ya confirmado “Brexit” no afecte sustancialmente a Triumph Motorcycles a nivel global. De hecho gran parte de su estrategia de ventas se basa en el genuino origen británico de sus motos, leyenda que se verá ahora reforzada. Además, disponer de en torno a dos años para adaptar su estrategia antes de que comiencen a materializarse las consecuencias de la decisión de los británicos da un margen de maniobra que sin duda será aprovechado por la empresa para adaptarse a los nuevos escenarios.

Otra cosa es lo que pueda pasar con los distribuidores de Triumph en los países de la Unión Europea. Aunque los responsables de la marca en España consideren la posibilidad de una reducción del precio a consecuencia de las variaciones en el tipo de cabio de la Libra, este efecto sería muy probablemente revertido por los aranceles que fuentes internas de Europa han pronosticado ya que la UE planea imponer a los productos procedentes de Gran Bretaña.

Precisamente esto juega en contra de las filiales continentales de Triumph, porque donde sí puede mejorar la competitividad de la marca (como del resto de la industria británica) es en mercados extracomunitarios en los que Londres no vea incrementados los aranceles a su producción nacional y muy especialmente en Estados Unidos, donde la marca se encuentra en plena expansión con su gama de motocicletas “clásicas” y de alta cilindrada; sin olvidarnos de los ya pujantes más que emergentes mercados asiáticos y de la Commonwealth, con la estratégica India a la cabeza. Así pues cabe esperar que la centenaria marca británica desvíe parte de los esfuerzos y recursos que dedica al mercado Europeo hacia otras regiones en las que el escenario planteado por el Brexit puede generar nuevas oportunidades.