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En mayo de 2014 Triumph invitó a un grupo de empleados de varios departamentos en su fábrica de Hinckley a crear dos equipos de trabajo para competir en la personalización de unas Bonneville que conmemorarían la dilatada historia de este incombustible emblema para la firma inglesa.A cada equipo se le entregó una Bonneville nueva como lienzo en blanco y se estableció que ambas motos deberían presentarse en Milán el 4 de noviembre de 2014. Las preparaciones, TFC1 - Bobber y TFC2 - Scrambler ya han hecho su puesta de largo en EICMA impactando a todos los asistentes por su tremenda fuerza estética y ahora los seguidores de la marca votarán por su favorita. La ganadora será expuesta en el Salón de Birmingham “Motorcycle Live”.
Veamos con detenimiento cada una de estas cuidadas preparaciones cuyo resultado en ambos casos, y gustos aparte, nos muy remarcable por el ingenio y el buen gusto aplicado en ambos casos.
Por debilidad del que suscribe, comencemos por la TFC2, una impactante moto Scrambler de apariencia recia y poderosa. Para lograrlo, entre otras muchas cosas, el equipo técnico ha reemplazado el chasis de acero original por uno de aluminio y titanio. Otro de sus llamativos detalles reside en el basculante monobrazo de la Speed Triple, que se ha invertido para plantear un gesto innovador y a la vez pleno de sabor deportivo y familiar.
Para dotar a la TFC2 - Scrambler de una mayor potencia, se ha rebajado la culata y se han añadido unas válvulas más grandes, así como los cuerpos de mariposas de la Daytona. Además, se han instalado unas toberas de admisión de aluminio y se ha diseñado un árbol de levas de gran recorrido, más cercano al de la Daytona. Semejante ejercicio de ingeniería permite a la TFC2 - Scrambler ofrecer una potencia de motor un 25% mayor, a la altura de su nueva parte ciclo. Para transmitir esta potencia al terreno, la nueva montura calza unas llantas Kineo de 17 pulgadas con neumáticos de sección 130 delante y 180 detrás.
Y para rematar el trabajo se ha recurrido a la fibra de carbono que se ha aplicado al depósito y los guardabarros en una obsesión por aligerar todo al máximo para crear una máquina dinñamicamente muy eficiente donde la potencia juegue un papel protagonista.
La TFC-1 Bobber es también una moto repleta de detalles en la que no se ha escatimado imaginación y medios para lograr una máquina que impresiona al contemplarla por su originalidad.Todo gira en torno a un bastidor rígido de doble tubo que se prolonga hacia la parte trasera formando un precioso basculante tubular. Una suspensión delantera con horquilla Fox Factory ajustable desde el manillar, una pinza de freno delantera de cuatro pistones y un motor con los cilindros invertidos son algunos de los argumentos más llamativos de esta singular bobber. Además, los elementos estructurales del chasis se han unido mediante un adhesivo especial para lograr un acabado pulcro y sin soldaduras. Además, el tradicional asiento monoplaza de posición ajustable cuenta con un amortiguador Fox e integra luces LED Radianz.
Para poder dotar a esta preciosidad de la electrónica actual, el equipo dio con una inteligente solución: incorporar el depósito de la Bonneville del 69, dividido en dos para el mercado americano y utilizar una mitad para el circuito eléctrico y otra para el combustible. Los esbeltos y sinuosos silenciosos acompañan con sutileza las suaves líneas de la moto, rematando ése sofisticado minimalismo del que hace gala esta bobber.
