El lugar elegido para mostrarla al público no podía ser otro que el pasado Salón de Milán (EICMA), posando en la feria junto a la actual >Kawasaki Z1000 de serie. El prototipo es obra del preparador italiano Angel Lussiana, que desvistió por completo a la moderna súper naked para reinterpretar el mito tomando como punto de partida cómo serían las deportivas actuales si hubieran seguido los patrones estéticos de la década de los 70.

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Y el resultado salta a la vista: espectacular. Lussiana partió de la idea de que la moto original parecía un compendio de elementos individuales: un chasis, un depósito, un asiento… en lugar de la forma en que actualmente se integran más fluidamente los diferentes elementos de una moto. El trabajo llevó 10 semana de labor en las que lo primero fue dejar a la vista el chasis de auminio, ahora completamente pulido, modificando toda la carrocería para darle mayor presencia estética. El depósito por ejemplo es un claro homenaje al original, lo mismo que el asiento recto o el pequeño guardabarros redondeado.

Bajo la pipa de la dirección se puede observar una entrada de aire que anuncia uno de los retos a los que se enfrentó el diseñador, ¿cómo ocultar el gran radiador de la moto moderna para no estropear la estética nostálgica? Pues no fue tarea fácil. Hubo que recolocarlo en posición horizontal bajo el asiento, anclado al brazo inferior del subchasis trasero, haciéndole llegar el aire mediante esa toma frontal y unas toberas metálicas que sirven para evacuar el calor… algo así como un “Ram Air” de refrigeración.

Como en los 70, el proto elude las formas integradas de la  Kawasaki Z1000 naked

Mientras realizaba el diseño de esta moto tan especial Angel Lussiana dispuso de una Z1000 original en su taller para no perderse ningún detalle, y copiando sus formas realizó tanto el faro como el colín, bajo cuya visera colocó el piloto de una >Kawa W800. Otro de talle que no podía pasar sin tener que ver en el nuevo diseño conmemorativo eran los característicos cuatro silenciadores megafónicos de la moto original, para lo cual se prescindió por completo del sistema de escape de la moderna Z1000. El nuevo escape, hecho a mano en acero inoxidable, toma un protagonismo similar al que tenía en la moto de origen.

Finalmente, el color elegido para la pintura fue el inconfundible verde Kawasaki, con fileteados y combinado siguiendo el mismo estilo de la moto original.

Una bonita manera de conmemorar un aniversario tan importante como el de la deportiva que marcó el paso de los dos a los cuatro tiempos en la marca japonesa y que es considerada por algunos como la primera auténtica súper deportiva… algo a lo que podrían objetarse muchas cosas, pero lo que nadie le quitará a la Kawasaki Z1 original es el título de la moto más potente de su época, con cuatro cilindros, 1.000 cc. y nada menos que 82 caballos. Todo un reto para los bastidores, frenos y ruedas de la época y que recordamos hoy gracias al trabajo de nuestros compañeros de Return of the Cafe Racers, blog especializado en estas motos que, si no conocéis, os recomendamos seguir de cerca.