>Asegura tu moto naked en Motofichas desde 93€ ¡Infórmate!

Ni la Triumph Bonneville ni la Moto Guzzi V7 mantienen los componentes de los modelos originales que les dan nombre, pero la Yamaha SR400 japonesa “presume” de ser una auténtica moto de los 70, con el mismo bastidor, freno de tambor detrás y su motor monocilíndrico de dos válvulas con arranque mediante palanca, a patada, para que la batería no decida cuando toca empujar.

>Especial Motos clásicas actuales

Realmente, la SR400 deriva de la SR500, idéntica salvo por el hecho de unas cotas internas ligeramente superiores y una vieja conocida de los motoristas europeos que ya lucen canas (los que conserven el pelo…). Si bien en España es menos popular -por aquellos tiempos aquí todavía petardeaba nuestra autárquica y humeante industria nacional protegida por los aranceles- a todos nos resultará familiar porque el primer modelo fabricado por Yamaha en nuestro país aprovechando la absorción de la vieja fábrica barcelonesa de Sanglas fue precisamente la SR250, su hermana pequeña y tan indestructible como la 500. No obstante, como nota curiosa anteayer monté una vieja SR500, ¡que ya es casualidad!


Volviendo a la historia que os presentamos, la SR400 vendida en Japón durante décadas en esta cilindrada por cuestiones legislativas dejó de producirse en 2008 debido a las cada vez más estrictas normas anti-polución, pero como la demanda parecía reclamar su vuelta, la compañía de los diapasones ha decidido reeditarla introduciendo unos mínimos cambios que se limitan a una inyección electrónica y la decoración especial conmemorativa del aniversario. El monocilíndrico refrigerado por aire rinde 25 caballos, tiene cinco velocidades y por supuesto sigue disponiendo de palanca de arranque para liarse a patadas si no quiere ponerse en marcha al pulsar el botón.

Arrancar de una patada es su mayor reclamo en Japón

Dicen que ya han visto alguna por California con placas de homologación, así que quizá Yamaha ofrezca fuera de su país de origen este incombustible fósil viviente, en un momento en el que además están de moda tanto las formas retro como las potencias moderadas, gracias al nuevo carné A2. Su precio en Japón es inferior a 5.000 euros todo incluido.