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No es un cortacésped cualquiera. Se trata de un Honda HF 2620 profundamente modificado con la intención de batir el récord del mundo de velocidad en la categoría de cortacéspedes (…sí, al parecer existe), una locura como otra cualquiera de las que nos tienen acostumbrados en el programa de TV de la BBC Top Gear, cuyos guionistas han tenido esta descabellada idea. Ni cortos ni perezosos, desde Honda Britain han hecho todo lo que estaba en su mano para dotar a Jeremy Clarkson y sus secuaces de la máquina definitiva para tentar la plusmarca mundial, que actualmente se encuentra en 135 km/h.

Este engendro con cuchillas bajo las tripas parece estar suficientemente preparado para pulverizar el registro y ponérselo ya realmente complicado al siguiente, porque sus creadores consideran que los 200 km/h pueden superarse sin problemas. Para conseguirlo, el tractorcillo de jardín original ha recibido un nuevo bastidor realizado a medida, capaz de soportar los 109 CV del motor bicilíndrico incorporado a tal efecto y procedente de una Honda VTR 1000. El cambio de marchas, ahora de seis velocidades, se gobierna desde el volante, que pasa a ser el mismo usado por el Honda Civic del Campeonato Británico de Turismos (BTCC) incluyendo las levas de su transmisión secuencial. Las ruedas originales evidentemente han sido sustituidas por unas procedentes de un quad Honda y la dirección curiosamente procede de un Mini de los de toda la vida, no del actual.

Acelera de 0 a 100 en 4 segundos... ideal para aquellos que dicen no tener tiempo de cuidar el césped

Nada que ver el monstruo que ha resultado del invento con el cortacéspedes original, cuyo motor bicilíndrico refrigerado por aire de 4 tiempos y 614 cc. entrega 17 CV a 3.600 rpm y está unido a una transmisión hidrostática –que vete a saber cómo funciona- y unas cuchillas accionadas por fricción electromagnética que le permiten alcanzar una velocidad de 9 km/h. Prestaciones interesantes para un cortacéspedes “de verdad”, no obstante, pero nada que ver con lo que ha acabado convirtiéndose.

¿Quién se apunta a dar una vuelta por el jardín después de la paellita y las cervecitas de un domingo veraniego? No quiero ni pensar cómo podría acabar la tarde entre amigos con un chisme de estos en casa…