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Esto es lo que pasa cuando alguien se lía la manta a la cabeza y tiene pasta de sobra: que no sabe cuando parar. La Ducati Diavel AMG es una moto exclusiva de por sí, pero más todavía porque pocos meses después de cerrado el acuerdo entre la marca italiana y la enseña de productos prestaciones de Mercedes-Benz, cuando sólo se había entregado un puñado de las Diavel AMG proyectadas, Audi compró Ducati y fin de la historia. Se acabaron las Diavel AMG y cualquier otro proyecto conjunto que estuviera proyectado acabó en la papelera de reciclaje de los diseñadores. Ahora AMG tira los trastos a MV Agusta y Ducati debe estar preparando algo con Audi… digo yo.

Esta historia de cuernos entre italianos y alemanes -con innumerables precedentes históricos, no sólo en el mundo del motor…- acaba por azares del destino en Bulgaria, donde llegó una de las pocas Ducati Diavel AMG entregadas. Allí, un anónimo propietario decidió que su moto no era suficientemente exclusiva y quiso dar su toque local a su magnífica motocicleta encargando los servicios del preparador Vilner, del que ya tuvimos noticias en el pasado a cuenta de una BMW F 800 R tuneada.

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En este caso el preparador ha huido de realizar modificaciones exageradas o intentar que su estilo fuera protagonista. La marcada personalidad de la Diavel se mantiene en casi todos los aspectos, pero tres semanas después de empezar a trabajar en la moto sí realizó cambios en algunos detalles como la coraza del faro, las tiras de piel negra con pespuntes blancos en las tomas de aire de la carrocería o el guardabarros delantero envolviendo las barras de la horquilla. También se ha modificado ligeramente el colín, para hacerlo más ligero visualmente y con detalles pintados en blanco en torno a los pilotos traseros.