Quizá sirva de ejemplo de lo que no se debe hacer para no tener un accidente tan tonto como este. Y decimos tonto y no grave porque aunque el impacto debe doler, el motorista se intenta reincorporar casi de inmediato ante la mirada incrédula del policía.

Tras ver el vídeo uno se pregunta ¿Porqué insiste tanto en vigilar el tráfico por la parte derecha? El despiste por desviar demasiado la mirada del frente para ver lo que sucede delante es lo que provoca la ausencia total de tiempo de reacción para dar la orden al cerebro de comenzar a frenar.

Y por eso frena directamente con el coche de policía que seguro se lleva un buen susto. Mejor juzgad vosotros mismos y no os riais de las desgracias ajenas que os conocemos... Más bien tomad nota para que no os pase a vosotros.