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Desde luego es espeluznante porque dos motoristas se juegan literalmente la vida por "picarse" con un coche de 600 CV. Sobre todo corre mucho peligro el piloto de la Kawasaki porque su compañero al principio de la persecución desiste y es el de la ZX-10R quien decide que no va a dar su brazo a torcer.
Por otro lado está el conductor del Audi, seguramemte un nuevo rico de Sao Paulo que ve la ocasión perfecta para exprimir su coche de competición vestido de calle. Su arrogante actitud desde el comienzo, pegándose mucho a los motoristas para picarles logra el efecto deseado y comienza una persecución muy peligrosa de casi cinco minutos.
El copiloto del Audi pone finalmente un toque de cordura invitando a no seguir con la carrera suicida que está protagonizando su amigo y afortunadamente no hay que lamentar nada más que lo lamentable que es el vídeo en sí...