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Su mirada tiene un magnetismo especial, una fina hilera de luz anuncia allá por donde pasa que se aproxima una moto a la que hay que respetar, acompañada del atronador espectáculo de llamaradas y ruido surgiendo de sus escapes artesanales realizados en titanio. La Kawasaki Z1000 2013 del drifter australiano Kakhouri llama mucho la atención, aunque si te paras a mirarla bien parece que estéticamente no se han realizado muchas modificaciones: la coraza del faro, la pantalla ahumada, los escapes, el manillar, unos topes para proteger el chasis en caso de caída, pintura negro brillante y naranja y poco más.

La tulipa ahumada otorga a esta Kawasaki Z1000 una inquietante mirada enmascarada

kawasaki-z1000-fakhouri-p5Pero si observas su rueda de atrás verás que se parece al trasero de Beyoncé: un Pirelli Diablo de nada menos que 240mm. de ancho montado en una llanta de 8” de garganta, para lo que lógicamente Fakhouri tuvo que encargar un basculante especial que diera cabida a semejante mega-rueda y que es 15 centímetros más largo. El desarrollo se ha adaptado a las características de la rueda y su nueva desmultiplicación, cambiando la corona por una de 38 dientes.

Por dentro también hay “chicha”. Como se ve los escapes están azulados, y es por el fuego que surge de las entrañas del tetracilíndrico de Kawasaki potenciado con la centralita programable Power Commander 5, del reputado especialista norteamericano Dynojet.

Una moto con fuerte personalidad y hecha para no pasar desapercibido. ¿Alguna Z1000 por ahí buscando un toque personal?

Fotos: Selectnine