Hubo muchas y buenas carreras entre estos dos descomunales talentos y Valentino encontró una motivación extra en el piloto romano para sacar lo mejor de sí en pista y finalmente acabar doblegando a quizás el rival más duro que se encontró cuando llegó a la máxima categoría. En 15 vibrantes minutos se cuentan todos los entresijos de su tormentosa relación, siempre muy latina y aireada por los medios de comunicación, donde los gestos feos en pista dieron paso a las palabras en el paddock y finalmente a las manos en el Circuito de Cataluña en 2001.

Ése fue el punto de inflexión y cuando ambos se dieron cuenta de que habían llevado las cosas demasiado lejos. Al final Max se tuvo que rendir a la evidencia de que Valentino casi siempre se acababa "llevando el gato al agua" porque tenía ése punto extra en el pilotaje que marcaba la diferencia. Había topado probablemente con el mejor piloto de la era moderna del motociclismo pero Max siempre fue un digno oponente en pista y eso es lo que hizo grande esta rivalidad que dejó impactantes imágenes como estas...