Sí, el hambre, porque estos sonrientes mozalbetes que circulan a tumba abierta con su pequeña motocicleta y que tan galantemente ceden su propio casco a dos pedazo de corderos con los que se deshacen en atenciones, creemos que están deseando llegar a casa.

Y no para seguir dando rienda suelta a sus sentimientos sino para para zampárselos, a juzgar por la velocidad y el riesgo que corren en el vídeo.