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El desgraciado protagonista de la historia es Antonio Ávalos, un motorista que hace pocos días tuvo la mala fortuna de caerse con una Harley Davidson cerca de su pueblo, Los Noguerones (Jaén), cuando circulaba con su pareja. Afortunadamente sólo tuvieron que lamentar con heridas leves pero la Guardia Civil llegó al lugar con malas intenciones e interpusieron una sorprente denuncia a los recién accidentados.

Esta es la explicación de los hechos por parte del afectado: " La Guardia Civil llego después de los equipos sanitarios y se interesó poco por nosotros. Tan solo me preguntó que cómo había sido el accidente. Yo se lo expliqué y, poco después, me dijo que tenía que sancionarme. Cuando le pedí explicaciones, tan solo me dijo que los accidentes ocurren por alguna causa y que, en este caso, era por el exceso de velocidad o por algún despiste. Me multó por lo segundo porque, según me dijo, era lo más barato para mí”. Un acto muy solidario por parte del agente, sí señor.
Los Guardias Civiles desestiman que la caída fuera por culpa de la gravilla y le hacen el favor de ponerle una multa por distracción, más barata que la de exceso de velocidad, para hacerle un favor

Como se puede ver en la foto, la sanción es clara: conducir un vehículo sin mantener la atención permanente a la conducción. Pero la explicación del accidentado no tiene nada que ver con la valoración superficial de la Guardia Civil. " Al llegar a una pronunciada curva a la izquierda me abrí hacia la derecha para tomarla, pisé la gravilla que había en la cuneta, perdí el control de la moto y me fuí al suelo. Ni me despisté, ni estaba cansado, ni nada de eso. Había tierra suelta en el asfalto y la moto me derrapó”, explicó Antonio.

Es difícil entender la reacción del agente de la Guardia Civil porque nadie desea tener un accidente, y menos en moto. Por eso Antonio añadió "“Todavía no me lo creo. ¿Cómo puede saber el guardia civil a ciencia cierta que mi accidente se produjo por una distracción?”. El afán recaudatorio está llegando a unos límites vergonzosos con una falta total de respeto al ciudadano y mostrando un despotismo impropio de quien debe estar al servicio de todos y cada uno de nosotros cuando estamos en la carretera.
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