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Se trata de una partida de 30 nuevos radares destinados a velar por la seguridad de todos los conductores y entre otras nuevas funcionalidades, tendrán la capacidad de multar a cualquier velocidad, pues parece ser que alcanzan hasta los 320 km/h de medición gracias a sus sofisticados cinemómetros. Esto deja obsoleto el mito de que no podían hacerlo por encima de los 280 km/h.

La noticia una vez más causa tanto estupor como curiosidad, evidenciando que toda inversión es poca para cazar a esos cuatro locos que en realidad somos la inmensa mayoría de los conductores, pues la recaudación y amortización de esta fuerte inversión en una tecnología de control más eficaz se hará, como siempre, por pequeños excesos de velocidad que cualquiera podemos cometer. Lo de los 320 km/h es totalmente anecdótico pero parece ser un mensaje a navegantes de "aquí nadie se escapa".

Se instalarán en 14 provincias: Almería, Asturias, Cáceres, Cádiz, Cantabria, Jaén, Madrid, Málaga, Murcia, Ourense, Palencia, Sevilla y Teruel.

Los nuevos dispositivos son multiusos, ya que se pueden usar de día o de noche, en rectas o curvas y colocados en coches, trípodes o cabinas de control de velocidad.

Parece ser que estarán listos en unos dos meses, si los plazos de entrega de la empresa adjudicataria se cumplen, así que van a ser como regalo de Reyes para la DGT, aunque por estas cosas se merecen más un buen camión de carbón.

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