De este modo, Harley- Davidson pasa a manos del ya gigante Kymco que se convierte en el segundo mayor accionista de la compañía. Y es que la marca de Milwakee no ha levantado cabeza desde que se deshiciese de Buell, comprase MV Agusta y la volviese a vender. Estas operaciones han sido nefastas para una compañía que era hasta hace muy poco de las más solventes en todo el mundo. Pero la crisis y estas desafortunadas operaciones han pasado una factura dolorosa pero necesaria porque los 120 millones de dólares que aporta Kymco son un balón de oxígeno.
Ya apuntaba maneras la firma taiwanesa en el tema custom, pues dispone en su catálogo de modelos como la Venox o la Zing, de clara orientación cruiser y chopper. Pero esto supone entrar en otro nivel y dirigirse a otro público radicalmente diferente aunque según las declaraciones del CEO de Kymco, el Sr. Wang, es una participación que no alterará el espíritu ni la situación actual de la marca porque ésa no es nuestra intención.