Final de carrera. Jorge Lorenzo se dirige a su box con la pantalla de su casco empañada y señalando a su equipo dónde estaba el mayor problema contra el que tuvo que luchar. No ha sido un día fácil para Lorenzo, que a su habitual falta de feeling en mojado ha visto unido un problema que no es hoy en día muy habitual entre los pilotos de élite. Su casco se empañó en plena carrera: “Estoy muy disgustado. Estaba alcanzando a Andrea, pero con cuatro o cinco vueltas para el final he perdido la visión en el casco”. El problema de su casco puede salirle caro porque del cuarto puesto que logró ayer al tercero que podía haber conseguido de haber estado en disposición de luchar con Dovizioso.

lorenzo-problema-casco-catar-2015Y no son los únicos puntos perdidos por culpa de un casco que parece no estar a la altura de los empleados por sus rivales. Durante la carrera inaugural en Catar el espumado interior del casco se desplazó, obstruyendo su campo visión en las curvas: “a falta de siete vueltas estaba liderando la carrera y de repente la espuma del casco se ha despegado, ha empezado a caerse y he perdido el 50 por ciento de la visión (…) entraba en las curvas y no veía ni por dónde iba, ni el piano ni nada. He empezado a rodar medio segundo más lento, me han pasado y no he podido hacer nada”.

La importancia del casco
Pocas veces se pone tan de manifiesto de cara a los aficionados la importancia de contar con equipamiento de calidad, y especialmente el elemento que protege la cabeza y del que además depende algo tan crucial en moto como es la visión.

La marca coreana HJC quiere hacerse un hueco en el mercado de los cascos de prestigio ofreciendo productos supuestamente a la altura de los mejores, pero con precios muy por debajo de estos. Estar en la cabeza de un piloto de élite es una parte esencial de su estrategia de marketing a la que sin duda habrán dedicado una buena inversión para convencer a Jorge Lorenzo. Los problemas ahora son otros y más graves, y no sólo deben hacer reflexionar a los consumidores sino también al afectado y al propio fabricante: ¿merece la pena jugarse no ya el campeonato sino incluso un accidente grave por anteponer otros intereses a la seguridad? Y de cara al fabricante, ¿qué beneficio recogerá ahora por invertir en un patrocinio en vez de hacerlo en fabricar cascos a la altura de la competencia?

Es una cuestión desagradable. Esto que planteamos no va a gustar a HJC ni a su importador, pero creemos que hay cosas con las que se puede jugar y otras con las que no debemos admitir ni una mínima broma. Podríamos ahorrarnos la crítica y quedar bien, desde luego, pero preferimos levantar la mano cuando por fortuna no ha habido consecuencias serias a echarnos las manos a la cabeza si por hacer la vista gorda llega a suceder algo.

En el mundo del motor ha habido muchas ocasiones en las que la actitud elegida por los medios, instituciones e industria ha sido la más fácil, en un entorno en el que el dinero manda demasiado, para después tener que lamentar y aprender de desenlaces terribles que podrían haberse evitado. Por eso creo que es el momento de hablar de esto y pedir rigor a los fabricantes, seriedad a los organismos encargados de homologar los elementos de seguridad… y “cabeza” a los propios pilotos, por su bien y el de todos.