La fama que uno se granjea normalmente lo acompaña de por vida y es complicado cambiarla por mucho que uno se esfuerce. Y a Pedrosa siempre le acompañará en MotoGP la de eterno segundón y poco peleón. Por supuesto ni una ni otra son ciertas, por más que a veces haya podido dar esa sensación. Es un piloto con un enorme talento, valiente y luchador, tal y como demostró en las categorías que le dieron fama, 125 y 250 cc.

Por aquel entonces, simplemente no tenía rival y eso que salvo a Valentino Rossi, ganó una y otra vez a los mejores pilotos de los últimos años en MotoGP que coincidieron con él en esas categorías. Hablamos de los Stoner, Lorenzo, Dovizioso, etc. Pero su vida en MotoGP no fue fácil desde el primer momento por varios motivos.

Primero porque debe pesar la responsabilidad de ser el protegido de Honda y llevar la que se supone es la mejor moto de la parrilla, algo que es mucho suponer porque no siempre ha sido así. Y aunque parece ser una una persona sensata y calculadora, seguro que sintió esa presión de dar continuidad a sus títulos mundiales de Honda en la máxima categoría para de paso entrar en el club de los mejores pilotos de la historia, dos cosas que no ha logrado. Aún así 26 victorias y 98 podios en MotoGP no son ninguna minucia. 

La otra razón es más bien de constitución física; no es un piloto cuya envergadura se adaptase bien a unas motos con tanta potencia y bastante más pesadas que una 250 cc. Por eso tuvo que trabajar intensamente este tema para poder pelear de tu a tu con sus rivales y su moto. Además es un piloto que se hace dalo con facilidad al caerse, y las clavículas y otras lesiones le han perseguido, echando abajo muchas buenas temporadas en las que el título no era ni mucho menos una quimera.

Ahora que parece correr sin presión porque nadie cuenta con él para la lucha por el Mundial  y está recuperado de su antebrazo, ha demostrado que todavía tiene mucho que dar a este deporte. Y lo ha hecho frente al mejor Rossi que se ha podido ver en MotoGP, un Valentino necesitado de puntos que quería esos cuatro de Pedrosa para su décimo título mundial y tuvo que claudicar frente al empuje de este pequeño pero bravo piloto que le devolvió los adelantamientos hasta en siete ocasiones

No olvidemos que tiene 30 años, una edad que le deja margen hasta para ser de nuevo favorito al título, siempre y cuando corra con el espíritu de ayer. Merece la pena volver a ver esas emocionantes vueltas finales en Motorland...