Es curioso que la anterior alcaldesa, Ana Botella (PP), decidiera a última hora eximir a las motocicletas de la prohibición de circular en los días con más contaminación y que ahora, la nueva concejal de Medio Ambiente, Inés Sabanés (Ahora Madrid), no considere "lógico" permitir a las motos y scooters circular cuando "emiten lo mismo o más que los coches de gasolina". Esto es muy discutible, por eso vamos a ver cuáles son las cifras que ha manejado cada equipo de gobierno para llegar a conclusiones totalmente opuestas.
Según los datos que maneja el actual Ayuntamiento, la emisión de óxidos de nitrógeno de las motocicletas que más recorridos realizan habitualmente por la almendra central (las de menos de 250 cc) es superior al de los turismos de gasolina (0,21 gramos por kilómetro frente a 0,10). Las motocicletas de más cilindrada tienen un factor similar a los turismos de gasolina (0,12); el de los ciclomotores es algo superior (0,16).
Pero...
Lo malo es que el sector de la moto precisa que, en estos datos municipales, el cálculo de emisiones de las motos toma como referencia modelos de 2008 o anteriores pero se compara con modelos más recientes de turismos. Según apunta, el 80% de los recorridos en motocicleta corresponden a modelos de menos de ocho años, a los que atribuye un factor de emisión de 0,07.
En cambio, Ana Botella decidió no limitar el uso de las motos durante los picos de contaminación del aire, rectificando su decisión inicial de incluirlas en las restricicones, apoyándose en un informe municipal de 2014 que analiza la almendra central concluye que las motos suman el 8,8% de los desplazamientos y son responsables sólo del 0,2% de emisiones de dióxido de nitrógeno, frente a los turismos, que con el 72,5% de recorridos emiten el 69,7%. De hecho, ese 0,2% de emisiones se ha mantenido invariable pasando del 6% de recorridos en 2009 al mencionado 8,8% de 2013.
¿Una medida poco meditada?
Independientemente de lo que contaminan motos y coches, lo que no parece que haya tenido en cuenta el Ayuntamiento de Madrid es el tiempo que está una moto con el motor encendido para realizar el mismo recorrido que un coche, y esto por supuesto afecta irremediablente al consumo, inclinando favorablemente la balanza del lado de las motos y los scooters.
Lo que nos espera
El protocolo anunciado en julio de 2014 establecía una serie de medidas de restricción del tráfico y los niveles a partir de los cuales se activarían. Entró en vigor finalmente el pasado 1 de marzo, pero el nuevo gobierno municipal, presidido por Manuela Carmena, decidió el mes pasado endurecerlo, aprobando un nuevo texto.
Este fija un nivel de preaviso y un nivel de aviso cuando se superen los niveles marcados. Además, la Unión Europea ha determinado un nivel de alerta cuando la contaminación exceda los 400 microgramos de dióxido de nitrógeno durante tres horas consecutivas
El primer día de preaviso se limita la velocidad en la M-30 y en las autovías de acceso a 70 km/h. El segundo día de preaviso o el primero de aviso se prohíbe además aparcar en el área regulada con parquímetros a los vehículos que no sean del barrio. El segundo día de aviso, además de todo lo anterior, se prohíbe circular por la almendra central a la mitad de vehículos (matrícula par o impar) y a los taxis vacíos. Con alerta, la prohibición se amplía a la M-30.
¿Cómo nos moveremos entonces?
Se ha barajado la posibilidad de que el metro y el autobús sea gratis, algo que a los que pagan religiosamente su abono, seguramente no les haga gracia. Pero la cuestión es si hay capacidad para acoger el masivo incremento de viajeros que se verán obligados a optar por el transporte público. Ana Botella y su equipo ya habían negociado con el consorcio de transporte madrileño esta cuestión para unas previsiones pero el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento deberá contar con todos los motoristas que ha decido dejar a pie. Aún así afirman desde el consistorio que no habrá problemas pero veremos llegado el momento...