Es una de las perlas que tenía reservada Honda para Milán y no enseñó en Tokio. Está diseñada sobre la base de la CBR650F que ha dado paso a un ejercicio de estilo lleno de buen gusto y personalidad, mezclando la esencia cafe racer con un diseño ultra vanguardista.

Está repleta de detalles y Honda no ha transmitido mucha información sobre esta moto "concept" que por otra parte habla por sí sola. El elaborado escape de doble salida, el basculante monobrazo o la pinza delantera radial Tokiko roja que muerde un enorme disco de freno macizo, resultan claves en su rotunda y a la vez delicada presencia. Porque también vemos que como buena moto de salón apuesta por la exquisitez, aportando buenos detalles como el asiento tapizado y el diseño del faro posterior, la horquilla invertida y los espejos retrovisores anclados en los extremos del manillar.

Poco más podemos decir, salvo que ojalá Honda se atreva a lanzar un modelo basado en este interesante concepto.