Es una de las motos que Triumph exhibe en su stand de la feria de Verona y representa un homenaje a la Bonneville que calzó los míticos neumáticos Pirelli Phantom Sportscom, toda una revolución cuando nacieron allá por 1977, algo que les granjearía una excelente reputación en el mundo de la competición durante años, convirtiéndolos como un referente hasta nuestros días.

Por eso ha plasmado el logo en el guardabarros y ha diseñado ese precioso depósito de combustible, dándole mucho sex appeal con pocos pero precisos retoques y esa inconfundible personalidad de Pirelli.

Como base usa la nueva Triumph Street Twin, el modelo más sencillo de la renovada gama Classics que es un lienzo perfecto para hacer preparaciones y esta es una buena muestra de su potencial