A pesar de ser una moto concepto, es tan real como la noticia que estás leyendo. De hecho ha sido presentada al público y creada en colaboración con el estudio Air Garage. Poco ha quedado de a moto original: instrumentación, motor, transmisión por cardan y bastidor. Por eso ha sido prácticamente un lienzo en blanco cuya nueva carrocería ha sido credada con procesos 3D y fabricada en fibra de carbono, lo que ha supuesto un ahorro de 30 kg respecto al modelo original.
Elementos como las llantas en ergal también colaboran en esta estricta dieta de adelgazamiento que busca ofrecer una moto rápida y muy manejable, deportiva con mayúsculas. También lo hace el escape Akrapovic fabricado ex-profeso por la marca eslovena y que aparte de contar con un diseño singular pero basado en el original gracias a esa doble salida baja cónica, está fundamentalmente hecho de titanio.
La posición de conducción se ha radicalizado para estar en sintonía con el nuevo espíritu de la Burasca que en italiano significa ni más ni menos que Borrasca, en lo que parece una nomenclatura cargada de intenciones. Para ello también se le ha dotado de unas suspensiones más sofisticadas; una horquilla Öhlins NIX 30 y un monoamortiguador TTX 36GP.
El diseño destaca por lo extremadamente anguloso de sus formas y con especial protagonismo para ambas ópticas, de corte muy original y vanguardista aunque hemos de admitir que su artificiosa estética no nos gusta nada pero ya se sabe, para gustos...
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