Siempre es importante ser oportuno y más cuando se presenta un invento novedoso. En esta ocasión, puede que el incendio del cementerio ilegal de neumático en la localidad toledana de Seseña haya sido la mejor promoción para que el sistema de protección de los peligrosos guardarraíles desarrollado por Francisco Caro, despierte interés entre administraciones públicas de las más variadas competencias.

Este profesor y juez de paz malagueño jubilado, que a sus 65 años ha emprendido una nueva empresa dedicada a desarrollar y patentar sus hasta ahora 30 inventos –y subiendo-, es además motorista de toda la vida y llevaba tiempo elucubrando cómo podrían protegerse los temibles guardarraíles de una forma eficaz y económica. Su sistema es desde luego práctico, ecológico y ahora mismo, sobretodo, oportuno: Los guardarraíles estarían rodeados de neumáticos viejos rodeados con un recubrimiento de poliéster en el que se incluirían las señales reflectantes o luminosas que advierten de las curvas peligrosas. Esto supondría un buen ahorro adicional, pues cada una de estas señales tiene un coste de 824 euros.

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“Cada metro de carretera necesitaría cuatro neumáticos, lo que acabaría con los cementerios de ruedas como el de Seseña”, apunta este inventor malagueño en sus declaraciones al diario El Mundo. De hecho, el incendio del vertedero ilegal fue la chispa que necesitaba para dar a conocer su invento, por el que se han interesado distintos candidatos que han visto una fantástica oportunidad de encontrar un gancho de cara al electorado: "Los partidos querían presentarlo en sus propuestas y hacerse la foto conmigo y con la maqueta. Yo soy independiente y no me voy a dejar utilizar para la campaña electoral. Cuando haya un gobierno, que me llamen", sentencia contundente Francisco. Lo que sí ha hecho ha sido presentar su proyecto a los técnicos de la Dirección General de Carreteras. "Les gustó mucho y la única pega que pusieron es que costaría mucho dinero. Pero en realidad saldría gratis al Estado, ya que he contactado con las empresas automovilísticas que pagarían los gastos a cambio de publicidad".

Francisco Caro, que lleva toda la vida sobre la moto, hace años que tuvo esta idea según afirma. Sería la solución para evitar muchas muertes y amputaciones en los accidentes contra los guardarraíles. "La rueda no pasa por ninguna transformación", explica el inventor. "No contamina y es mucho más barato. Además, si el motorista impacta contra este guardarraíl, rebotaría en la calzada y no le cortaría. Se salvarían muchas vidas. En la carretera todo ha mejorado a lo largo de los años menos los guardarraíles. No lo comprendo", sentencia.