En coche, rara vez pasaremos de la cuarta marcha, y en moto depende, pero hasta algunos scooters de 125 superan ése límite, así que mucho ojo. Por no hablar de las motos de 600 cc o más que en tercera marcha pueden estar muy por encima de los 100 km/h...surrealista.

Volvemos a los tiempos de Franco que fue pionero en establecer un límite de velocidad en España debido a la fuerte crisis del petróleo provocada en el año 1973. Esta todavía ni se parece pero nuestro Gobierno ha vuelto a tomar una medida de emergencia difícilmente comprensible para el mundo del automóvil y la moto que reclamaban desde hace tiempo un incremento de 10 o 20 km/h más en la velocidad máxima.

Nadie se esperaba una medida tan fuera de contexto y fuera de toda lógica pues se ha tomado una decisión totalmente en contra del fuerte desarrollo tecnológico de la industria del motor, capaz de fabricar coches y motos cada vez más potentes y seguros. El objetivo: ahorrar 18 millones de barriles al año. Y de paso inflarnos a multas que falta hace para intentar paliar del algún modo la maltrecha economía estatal.

Esta medida se une a otra anunciada muy recientemente y que afecta a la velocidad pero tiene más lógica y un fin mucho más loable; salvar vidas. Se trata del límite de velocidad en tramos urbanos de un solo carril o de dos carriles con un sentido cada uno, a los 30 km/h. De este modo y según las primeras pruebas piloto en ciudades como Barcelona, se han reducido tanto los accidentes como los atropellos de forma notable. Aunque el experimento hecho por periodistas en ciudades como Madrid no ha sido tan positivo porque es una velocidad demasiado lenta que provoca atascos y el consiguiente malestar general. Y además se une a otro problema que va en contra de la medida de ahorro. Como hay que ir en marchas cortas se incurre en un excesivo consumo de combustible y por supuesto en una mayor contaminación.