A los que les gustan las apuestas deportivas saben que el Dakar es esa carrera en la que es muy fácil perder dinero, pues en cada etapa los pilotos viven numerosas experiencias que determinan el resultado de la misma. A diferencia de otras competiciones del motor, en donde es más o menos sencillo determinar los dos o tres pilotos que pelearán por el título a final de año, en el Dakar la cosa pinta de otra manera. Una simple caída o un fallo mecánico te puede dejar sin opciones, lo mismo que el no encontrar un punto de paso obligatorio o recibir una penalización por realizar un repostaje en un lugar inapropiado, como le ha ocurrido en esta edición al equipo Honda.

Alguien podría poner en duda lo comentado anteriormente al indicar que muy complicado no será realizar pronósticos cuando KTM ha ganado todas las ediciones disputadas desde 2001 y sólo ha habido tres ganadores distintos en las últimos once años. Estos datos son correctos, pero también es cierto que dos de esos tres vencedores han sido Marc Coma y Cyril Després, quienes se repartieron cinco dakares cada uno demostrando que ambos estaban en un nivel superior al de sus rivales y con toda la estructura de KTM trabajando para ellos. Pero en cada uno de esos años en los que ganaron, sus acompañantes en el podio fueron distintos, lo que hacía suponer que una vez abandonasen la competición en moto, la carrera quedaría muy abierta.

En 2016 se dio esta circunstancia y KTM afrontó por primera vez en muchos años el Dakar sin un primer espada, sin un líder sólido con el que hacer frente al potente equipo Honda HRC, ansiosa de lograr la victoria. Y efectivamente fue una carrera algo más abierta, ganada por el australiano de KTM Toby Price y en la que los dos principales pilotos de Honda, Joan Barreda y Paulo Gonçalves, sufrieron diferentes problemas mecánicos que les alejaron de la pelea por la victoria.

Pero lo que está ocurriendo en 2017 nunca antes se había visto. En una semana, con seis etapas celebradas (una se anuló más la de descanso), hemos visto seis ganadores y cinco líderes distintos. En cada jornada la carrera ha dado un vuelco y tenemos a cinco pilotos en media hora, una distancia antes considerable pero que tal y como está transcurriendo la prueba puede que no sea definitivo. ¿Qué es lo que ha cambiado en esta edición para que esté ocurriendo todo esto?

Marc Coma toma las riendas

Cuando Marc Coma decidió abandonar la competición para convertirse en el director deportivo del Dakar lo hizo con la intención de devolver al Dakar el espíritu que se había perdido desde que la prueba entró en el continente americano. En los últimos años se había convertido en una carrera de velocidad, casi como una prueba del Mundial de WRC pero con especiales más largas, con dos semanas de duración y con enlaces eternos. La navegación no era tan importante, pues muchas etapas transcurrían por pistas de pocos cruces y con pocos cambios de rumbo, donde encontrar los puntos de paso obligatorios eran más evidentes.

En 2016, Coma se encontró con un recorrido ya marcado pero para 2017 ya tenía libertad de plantear la prueba a su gusto. Lo que ha hecho el cinco veces ganador del Dakar en moto es darle a la navegación el protagonismo que requiere, de ahí que estemos viendo tantos participantes perdidos en esta edición. Ya no vale seguir las huellas como ha venido ocurriendo en los últimos años, los pilotos deben volver a mirar con atención el roadbook para asegurarse de que siguen la dirección correcta. Esto supone un cambio de mentalidad, pues muchos se habían acostumbrado a llevar un ritmo muy alto y estar pendientes prácticamente sólo de los peligros anunciados en las viñetas, pues perderse era algo más difícil. Ahora no, ahora además de ser rápido, hay que saber interpretar mejor el roadbook, pues los waypoints marcados están más escondidos y los cambios de rumbo son constantes.

Ese equilibrio entre ser rápido y buen navegante vuelve a ser importante, de hecho ya se han visto nervios entre algunos pilotos que han dado lugar a situaciones no vistas antes, como cuando Laia Sanz acusaba al portugués Joaquim Rodrigues de engañarla al indicarle erróneamente la situación de un waypoint.

Los favoritos del Dakar 2017, descartados

El otro apartado que está convirtiendo en especial esta edición es que los dos supuestos números uno de los dos principales equipos están fuera de la pelea. Toby Price, oficial de KTM y ganador en 2016, sufrió una caída en la cuarta etapa, fracturándose el fémur. El puntal de Honda, Joan Barreda, líder tras vencer en la tercera etapa, sufría una penalización de una hora al día siguiente por realizar un repostaje en un lugar no permitido por la organización. Además, el español tendría problemas con su roadbook al día siguiente y perdía otros 45 minutos.

La ausencia de los dos máximos favoritos en los puestos de cabeza ha dejado más abierta la clasificación, como hubiera ocurrido en los años anteriores si Coma y Després no hubieran estado en carrera, pero eso no significa que los pilotos que pelean por la victoria sean desconocidos o de segundo nivel. De hecho, de los cinco primeros, cuatro son oficiales, y el otro, Gerard Farrés, cuenta con una dilatada experiencia en esta prueba.

Variedad de marcas luchando por la victoria

El tercer y último punto destacado es el de la involucración de las marcas en el Dakar, una circunstancia que se dio desde que la organización apostó por las motos de 450cc. Esto permite que haya más monturas oficiales que permiten a sus respectivos pilotos no tener que ser tan conservadores al contar con más medios al finalizar cada especial. En la provisional de este año vemos tres marcas distintas –KTM, Husqvarna y Yamaha- entre las cinco primeras, y eso que el incomprensible error del equipo HRC en el repostaje hace que no veamos ninguna Honda entre ellas. También hay que destacar el papel de Sherco, que ganó la primera etapa gracias a la actuación de Juan Pedrero.

Un futuro incierto

Como decíamos al principio, lo que ocurra en las próximas etapas y en los próximos años es complicado de predecir, pues estamos ante una carrera distinta a las demás y donde es imposible tener todos los cabos atados, ésa es su gracia.

Lo único que sí parece más evidente es que, gracias a la mano de Marc Coma, en los próximos años quien quiera dominar como lo hizo él tendrá que reunir varias cualidades: ser rápido, buen navegante y frío en la toma de decisiones.