Hay voces que ya lo dan por hecho y nadie que lo desmienta. A mediados de la temporada pasada, conocida ya por Dorna la decisión de Honda de abandonar la producción del tetracilíndrico de 600 cc. debido a la falta de interés comercial en remozar la casi venerable CBR 600 -desinterés que parece además compartido en estos momentos por otros fabricantes japoneses, excepción hecha de Yamaha (ver la nueva R6 2017)-, Triumph sería una perfecta candidata a responsable de motorizar todas las máquinas de Moto2.
La gama de motos deportivas Triumph obtendría una inmejorable promoción en Moto2
Durante el pasado Gran Premio de Gran Bretaña parece ser que hubo reuniones en las que se alcanzó un buen grado de entendimiento entre los responsables del Mundial de MotoGP y los representantes de la firma británica. Triumph cuenta con una gama de motos deportivas que poner en valor, a la que le vendría muy bien el tirón mediático de estar de alguna manera en el Mundial, y la pasión británica por las motos deportivas es de sobra conocida pero a su industria hace tiempo que se le marchitaron los laureles de otros tiempos.