Estas guías sonoras se instalarán en 3.000 kilómetros de tramos considerados como especialmente peligrosos y se invertirán cinco millones de euros en realizar las obras de acondicionamiento. Las bandas sonoras cuentan con un ancho de huella de 20 centímetros, tienen una profundidad de 1,2 centímetros e irán instaladas igualmente en las líneas que delimitan los arcenes.

Según la DGT, los estudios revelan que la instalación de estas guías reducen en un 29% los accidentes por colisión frontal y en un 67% los producidos por salirse de la vía. La carretera A-375, que une Utrera (Sevilla) con Puerto Serrano (Cádiz) ha sido la elegida para comenzar con esta medida, y en los próximos meses se continuará por la Comunidad de Madrid, la Murcia y la de Castilla y León.

Lo que no está tan claro es cómo afectarán estas guias sonoras a las motos, pues cualquier irregularidad en el asfalto supone un peligro en la conducción. Es de aplaudir que la DGT invierta dinero en la mejoras de las carreteras para reducir los accidentes, pero siempre que las medidas que se tomen no se hagan pensando exclusivamente en ls vehículos de cuatro ruedas.