Pero toda esta pasión puede volverse en contra si la organización del campeonato de MotoGP no toma medidas. Hemos vivido un cúmulo de errores en el GP de Argentina por parte de Dirección de Carrera y de algunos pilotos que difícilmente se justifican a este nivel. Alguien debería tomar cartas en el asunto.
MotoGP: saltan chispas
No recuerdo una carrera con tantas circunstancias extrañas como las vividas en Argentina durante la prueba de MotoGP. Resulta difícil de entender el cúmulo de errores en la Dirección de Carrera y por parte de algunos pilotos en el campeonato más profesional de todos, con tanto en juego y con la enorme experiencia de todos los presentes.
Cortocircuito por parte de los equipos que decidían cambiar de neumáticos en el mismo inicio perjudicando a Jack Miller, el único que había optado por los slicks aun cuando la pista se encontraba bastante delicada.
La Dirección de Carrera también se unió a esta lista de cortocircuitados al retrasar la salida y compensar al australiano dejándole salir solo desde la primera línea de parrilla con el resto del pelotón haciéndolo bastante más atrás.
Y luego está Marc Márquez, con continuos problemas de conexión durante todo el gran premio. Aunque se hable de él como un extraterrestre, el de Honda es humano y como tal comete errores como el de calar su moto justo en el momento en el que el semáforo se tenía que poner en verde. Ni corto ni perezoso, Márquez decidía poner la moto en marcha por sus propios medios y volvía a su sitio en parrilla circulando en dirección contraria mientras Rossi hacía aspavientos fuera de sí. Qué pena no tener una telemetría del corazón del de HRC en esos instantes, quien salía como un cohete y en apenas dos vueltas se colocaba primero, marcando un ritmo endiablado.
Cuando los cables parecían estar haciendo contacto llegaba el “Ride Though” para el de Honda por el espectáculo en la parrilla, obligándole a pasar por el pit lane y retomar la carrera en el puesto 19º. Entonces es cuando han empezado a saltar chispas en el cuadro de mandos. Márquez iniciaba una remontada épica, recuperando puestos a marchas forzadas, pero rodando fuera de sí. El primero que sufrió su locura transitoria fue Aleix Espargaró, que a punto estaba de irse al suelo y que recibía las disculpas del campeón del mundo. Ahí recibió su segunda penalización y se veía obligado a ceder un puesto, por lo que tenía que esperar a ser superado por Luthi.
Totalmente encendido y tras rebasar a Dovizioso con limpieza alcanzaba a Rossi, quien tenía un ritmo claramente inferior, y a quien lanzaba su ataque en la misma curva donde tuvo el encontronazo con el mayor de los Espargaró. En esta ocasión, el desenlace fue distinto: Márquez se apoyaba en el italiano, quien no podía evitar irse por los suelos como ya habréis visto en mil y una repeticiones publicadas en telediarios y redes sociales.
Márquez estaba fuera de sí, logrando incluso adelantar a Viñales y entrar en meta en la quinta posición en una de las remontadas más espectaculares que se recuerdan. Pero Dirección de Carrera, decidía sancionarle con treinta segundos por conducción temeraria quedando fuera de los puntos. Posiblemente sea razonable la sanción, aunque cabe preguntarse por qué Zarco no recibía el mismo castigo por una acción similar que terminaba con Pedrosa por los suelos en la primera vuelta de carrera.
El español, con los ánimos más tranquilos, decidía ir a disculparse al box de Yamaha, en donde Uccio, también cortocircuitado tras lo acontecido, echaba al español sin permitir el encuentro entre ambos pilotos, aunque casi mejor teniendo en cuenta las declaraciones de Rossi, quien decía “no aceptar sus disculpas, que es un piloto que ha destrozado este deporte, que le tiene miedo y que está protegido por Dirección de Carrera”.
Todos estos hechos desagradables eclipsaron la actuación de los cuatro pilotos que pelearon por la victoria en Argentina. Una pena que Crutchlow, Zarco, Rins y Miller no hayan centrado la atención como debieran, y una pena para nosotros que Rins no lograra su primera victoria en MotoGP. Por un momento el de Suzuki recordó a Crivillé, cuando éste logró su primer gran premio de 500 en 1992 en el circuito de Assen.
Moto2: El campeonato que queríamos
El Mundial de Moto2 se creó con la idea de que hubiera mucha emoción al contar todos los pilotos con una mecánica parecida. Pero esto no es lo que habíamos visto en los últimos años, pues aunque ha habido pelea por el título, se cuentan con los dedos de la mano las carreras locas decididas en los últimos instantes. Pero este año parece que las cosas han cambiado. Es toda una suerte que los dominadores de los últimos años hayan dado el salto a MotoGP, con lo que la parrilla actual comprende una combinación de veteranos y de jóvenes provenientes de Moto3 que hace complicado cualquier pronóstico.
En Termas de Río Hondo hemos tenido una de esas carreras que justifican la aparición de las Moto2, con varios pilotos peleando a brazo partido en cada curva, con continuos adelantamientos al límite y con pasadas de frenada fruto del ímpetu por alcanzar la gloria.
Podía haber ganado cualquiera de los tres que llegaron con opciones en la última vuelta, Oliveira, Vierge y Pasini, pero finalmente fue éste quien privó a nuestro representante subir a lo más alto del podio. El italiano es el nuevo líder de Moto2, seguido de Baldasarri, quien también estuvo en el grupo de arriba en Argentina, y de Bagnaia, que no ha tenido una gran actuación en este gran premio.
Moto3: Bezzecchi huele a revelación
Marco Bezzecchi arriesgó en los primeros instantes de la carrera de Moto3, cuando peor estaba la pista y cuando “más manos” había que tener. Eso demuestra dos cosas: que es un gran piloto y que es inteligente, los dos principales ingredientes para convertirse en un campeón.
Está claro que es muy pronto para hacer pronósticos, y más en una categoría tan abierta como la de Moto3. Pero el papel realizado por el italiano en pretemporada y en estas dos primeras carreras ha sido notable, como lo ha sido igualmente el llevado a cabo por Arón Canet, el líder del certamen gracias a sus dos segundos puestos obtenidos. El de Honda sabe que el secreto está en la regularidad y que es esencial estar siempre arriba para lograr el título. Bezzecchi y Canet salen de Argentina con la mejor nota posible.