Pese a que la llegada de la nueva Honda CBR1000RR-R parecía haber silenciado por completo los rumores sobre una posible V4 de litro en el catálogo nipón, unas inesperadas imágenes llegadas del país del sol naciente han vuelto a reactivar las sospechas.

Una vez descartada la posibilidad de usar su histórica configuración para lanzarse al asalto del título de Superbike, todo apunta a que desde Honda podrían estar pensando en la sustituta de la exclusiva RC213V-S que presentaron en 2015. Una auténtica MotoGP para ser disfrutada por unos pocos que, 5 años después de su llegada y con 159 CV (en su versión estándar), parece haberse quedado un paso por detrás frente a las más radicales SBK del momento, que superan con creces los 200 CV.

Un rumor que podría no estar desencaminado si nos fiamos del buen tino que demuestra en estos asuntos la revista japonesa Young Machine. En su última publicación han compartido una evocadora imagen de lo que podría ser la nueva generación de la Honda RC213V-S. Una apabullante réplica de la moto con la que Marc Márquez domina con mano de hierro la categoría reina del Mundial de MotoGP. Con un aspecto mucho más agresivo que el de su predecesora y una mirada depredadora que nos recuerda a un peligroso escualo. Una MotoGP al alcance de muy pocos que se beneficiaría de las últimas actualizaciones efectuadas en el bastidor de la moto de competición, así como de los últimos avances aerodinámicos -en forma de alas- que harán volar, pegada al suelo, a esta MotoGP “de calle”.

Una versión que, a buen seguro, vendrá acompañada de un despliegue tecnológico poco frecuente para poder gestionar los más de 240 CV que podría rendir su nuevo V4. Situándola en primera posición frente a las más brutales hiper deportivas del momento, incluso por delante de la Kawasaki Ninja H2 y su motor sobrealimentado. Un tema aparte será la cantidad que deberemos desembolsar para disfrutar de una maravilla de este calibre. Seguramente una cifra alrededor de los 200.000 €, si nos basamos en el precio de la anterior RC213V-S.

En definitiva, una verdadera MotoGP con matrícula, cuyo hábitat natural seguirá siendo el sinuoso trazado de un circuito de velocidad y el garaje de unos pocos afortunados.