Estaba claro, tras la presentación de la espectacular BMW R 18, que tarde o temprano comenzarían a brotar preparaciones apoyándose en la excepcional base que la inusual custom bávara representa para este menester. Y no ha sido otro que el famoso diseñador californiano Roland Sands, quien se ha atrevido a dar el primer paso en lo que estamos seguros de que será, “una de tantas”.
Presentada el pasado mes de abril tras la expectación previa generada por BMW, la nueva R 18 recupera el espíritu custom en la oferta bávara, acompañada de un exquisito diseño con reminiscencias clásicas y un colosal bóxer de 1.800 cc -denominado Big Boxer- cargado de par, decidido a remover los cimientos del cánonico segmento custom. Núcleo central de esta musculosa cruiser e inspirador para Roland Sands a la hora de parir esta brutal máquina, al traer a su memoria los potentísimos muscle cars americanos con los que su progenitor competía en carreras de aceleración.
De custom clásica a dragster radical
El concepto estaba claro, despojar a la R 18 de todo lo innecesario para reducir al máximo los 345 kg que declara el modelo de serie y preparar el resto de la moto para soportar las contundentes aceleraciones que proporcionará el Big Boxer con el nuevo kit de óxido nitroso (NOS). Para ello lo primero de todo fue rediseñar la parte trasera de la moto, eliminando la suspensión posterior y transformando el bastidor en un “rígido”, algo más largo que el original y más cerca del suelo, para ganar estabilidad en altas velocidades. Hereda de una BMW R nineT una horquilla invertida en su eje anterior, a la que han anclado dos semimanillares bajo la tija, mientras que el potente equipo de frenos lo coge directamente de la superbike S 1000 RR.
Un proyecto en el que Roland Sands y su equipo han invertido algo más de tres meses y del que puedes descubrir todo los detalles en el último episodio de la serie A Babarian Soulstory que la firma ha desarrollado alrededor de la R 18.
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