Una vez presentada en sociedad y después de observar las reacciones tras los primeros contactos con la nueva RS660, por parte nuestros compañeros de la prensa especializada de otros países, parece que la opinión es unánime: con tan solo la mitad del motor de la Aprilia RSV4 1100, la nueva 660 es capaz de ofrecer grandes dosis de disfrute. Incluso por encima de la evolucionada SBK de la que deriva.

Menos motor, más diversión

Con 659 cc el bicilíndrico en paralelo de la “seis sesenta” es exactamente la mitad (aprovechando los dos cilindros delanteros) del que utiliza la RSV4 1100. Un propulsor que mantiene intacto el diámetro de los cilindros (81 mm), incrementando ligeramente la carrera hasta los 63,93 mm, y que se beneficia del alto rendimiento del V4 al conservar muchas de las características de la base original (admisión variable, árboles de levas aligerados…) acompañándolas con el evolucionado paquete de ayudas APRC que incluye: cinco modos de conducción, anti wheelie, control de tracción, diferentes mapas del motor, quickshifter bidireccional, ABS con asistencia en curva…

No es la primera vez que una firma lleva a cabo un ejercicio de estas características, “recortando” el propulsor de su SBK más poderosa para concebir una exclusiva deportiva más ligera. De sobra es conocida por todos la preciada Ducati Supermono, que se servía del motor de la Ducati 888 (al que eliminaron el cilindro vertical) para participar en el Campeonato Sound of Singles en la década de los ‘90. O, sin ir más lejos, en el caso de los británicos de Norton que llevaron a cabo un proyecto muy similar al de los chicos de Noale con la Superlight 650; una auténtica “peso pluma” propulsada por un bicilíndrico que derivaba de la exclusiva Norton V4 RR, con la que participaron en 2019 en la categoría Lightweight del IOMTT.

Un ejercicio que -al menos en el caso de Aprilia- permite aprovechar toda la tecnología desarrollada alrededor de su punta de lanza del segmento sport y ponerla al alcance de nuevos usuarios, a través de un modelo que, aunque parte de un concepto radical, cuenta con un carácter más accesible. Con unos redondos 100 CV de potencia a 10.500 rpm y un par motor de 67 Nm a 8.500 rpm, el motor de la RS660 muestra (casi) todas sus cartas en la zona media del cuentavueltas (entrega el 80-90% del par entre 4.000 y 6.250 rpm). convirtiéndose en muy aprovechable en un uso por carretera. Un terreno para el que no están concebidas las superbikes actuales.

Razones de peso

La brutal escalada de potencia de la que hemos sido testigos en los últimos años -debido al empeño de las firmas de poner al alcance de todos nosotros prestaciones más propias de motos de competición que para un uso en carretera- han hecho que no le demos el valor que merece a un motor con una potencia de 100 CV. Sobre todo, cuando llega arropado por un correcto equilibrio con su peso y una parte ciclo a la altura, como en el caso de la nueva supersport de Aprilia.

Con un peso en seco de 169 kg y una ciclística de alto nivel (suspensiones Kayaba y un equipo de frenos Brembo con unas potentes pinzas de anclaje radial) en la que su liviano chasis de aluminio -que utiliza el propulsor como elemento estructural (con el basculante anclado a la parte trasera de este)- es responsable de la compacidad del modelo, la RS660 se presenta como un arma extremadamente efectiva en manos expertas (algo que ya corroboraron algunos pilotos de MotoGP) y al mismo tiempo asequible para pilotos con menos experiencia (para los que todo apunta que existirá una versión con algo menos de potencia, permitiendo así la limitación para el A2). Asegurando en ambos casos altos niveles de disfrute.

Una bicilindrica muy exclusiva -a un precio sorprendentemente racional (11.350 €)- que, frente a competidoras como la Kawasaki Ninja 650 (también con un bicilíndrico) o la Honda CBR650R puede alardear de una potencia superior y un peso más contenido; y frente a las más radicales supersport Yamaha YZF-R6 y Kawasaki Ninja ZX-6R (con algo más de potencia) seguir jugando la baza de su reducido peso. Se mire por donde se mire, parece que todo son ventajas.