La familia Svartpilen da la bienvenida a un nuevo integrante en sus filas con el lanzamiento de la versión del octavo de litro de la atractiva “flecha negra”. La peculiar reinterpretación del estilo scrambler, efectuada por la firma sueca, que se convierte en el primer escalón en la saga de exploradoras urbanas -junto a la primigenia Svartpilen 401 y a la más reciente versión de 701- que llega para revivir la oferta Husqvarna en la categoría de 125 cc donde actualmente no contaba con ninguna representante (aparte de la crossera TC 125).
Corazón austriaco
Con un diseño minimalista que calca las líneas de las versiones dirigidas a usuarios del A2 (la Svartpilen 701 se puede limitar), y con multitud de detalles comunes con sus hermanas mayores -chasis multitubular en acero, suspensiones WP APEX, frenos ByBre con ABS firmado por Bosch (con modo Supermoto)- la nueva Svartpilen 125 confía en el mismo propulsor que equipa la radical 125 Duke de la firma austriaca KTM. El brioso monocilíndrico DOHC con refrigeración líquida (capaz de rendir 15 CV) caracterizado por su carácter agresivo, compacidad y la suavidad de funcionamiento gracias a equipar un eje de balance que reduce considerablemente las vibraciones típicas de los “monos”.
A diferencia de las Svartpilen 401 y 701 la nueva 125 abandona el uso de las llantas de radios por unas de brazos, poniendo de manifiesto un enfoque asfáltico -principalmente urbano- de la pequeña de la saga. Aunque la pareja de neumáticos mixtos Pirelli Scorpion Rally STR, así como el manillar de estilo off-road (frente a los semimanillares característicos de las más asfálticas Vitpilen) invitan a pensar en ligeros escarceos fuera del negro asfalto; un terreno por el que tienen querencia las mecánicas suecas.
Iluminación formada por LED en sus ópticas anterior y posterior, un cuadro de instrumentación digital de perfil circular y el práctico portaequipajes sobre el depósito (característico de la saga) demuestran cómo las tres integrantes de la denominación Svartpilen comparten las principales señas de identidad.
Una llegada al catálogo sueco que podría anticipar la llegada próximamente de la Vitpilen 125 (si continúan con el mismo modus operandi que siguieron con las 401 y 701), que llegaría para redondear la oferta de la “flechas” que más corazones roban (además de las de cupido).