Soñar es gratis, y Kar Lee (Kardesign) es un experto en poner una pizca de imaginación acercándonos esos modelos que las marcas no se atreven a lanzar al mercado, a través de sus diseños conceptuales. Motos de ensueño a las que, cualquiera de nosotros, haríamos un hueco en nuestro garaje de muy buen grado.
En esta ocasión, suponemos que extasiado por el extraordinario paquete que acompaña a la nueva Triumph Speed Triple 1200 RS, su propuesta no es otra que, la posibilidad de recuperar uno de los modelos más icónicos -y uno de los más representativos- durante el regreso que protagonizaron los de Hinckley a mediados de los '90: la Triumph Daytona 1200. Una fantasía tan tentadora como poco descabellada, si reparamos en la estrecha relación que mantiene actualmente el fabricante con el mundo de la competición. Además de ser el único suministrador de motores en el Mundial de Moto2, a partir de 2021 tomará parte de manera oficial en la categoría de Supersport del BSB, con una moto derivada de la Street Triple RS. Por lo que no sería de extrañar que desde Triumph se decidieran a aplicar toda la experiencia acumulada en competición para el desarrollo de una auténtica superbike.
Es evidente que, la nueva Speed Triple 1200 RS -como ocurre con muchas de las maxinaked más salvajes de la competencia- es básicamente una radical moto deportiva despojada de cualquier complemento aerodinámico. Aunque, en el caso de la británica, no cuenta con un referente en el campo de las deportivas. Sin embargo, ofrece una excelente base -materializada en su compacto y ultraligero tricilíndrico con 180 CV, por poner un ejemplo- de donde partir para hacer volar a la superbike más pintona. Un propulsor que, convenientemente preparado, podría superar sin problemas la barrera de los 200 CV. Pese a ello, no podríamos llegar a ver a la hipotética Triumph Daytona 1200 RS en las parrillas de salida de campeonato de motos derivadas de serie, ya que la combinación configuración/cilindrada no se ajustaría al reglamento del Mundial de Superbike.
Independientemente de si los chicos de Hinckley deciden sorprendernos con un movimiento de este tipo en un futuro cercano, nadie puede negar que la moto promete. Un diseño que desde Kardesign ya propusieron hace algunos años sirviéndose del motor de 1050 (de ahí que mantenga la salida de los escapes bajo el colín), y que ahora recuperan aprovechando la energía que aporta la nueva versión de 1200; y que, vestida con el esquema tricolor Slippery Sam -en homenaje a la Trident 750 que tomó parte en el Bol d’Or de 1970- se vuelve totalmente irresistible.