A estas alturas, nadie puede poner en duda la efectividad sobre el asfalto de las motos de Mattighofen. Un hecho que ha conseguido desterrar a tiempos pasados aquel concepto de KTM como una firma centrada exclusivamente en el off-road; un terreno en el que todavía hoy, siguen siendo dominadores. Sin embargo, es innegable que con el paso del tiempo han ampliado su ámbito de actuación.
Cuatro títulos Mundiales en la categoría de Moto3 - en lo más alto del cajón en 71 ocasiones, más las 13 de 125cc- 14 victorias y dos subcampeonatos en Moto2 (2018 y 2019) y 3 memorables primeros puestos durante la temporada 2020 en la clase suprema (MotoGP), revelan un palmarés asfáltico, cuando menos, exitoso.
Unos éxitos que se han trasladado a la producción en serie, donde la aristocrática (y brutal) saga Duke domina con mano de hierro el universo naked -relevando sobre el asfalto a la desaparecida RC8- demostrando que, la verdadera especialidad de los austriacos son las motos eficaces. Por eso, desde KTM no escatiman en alardes para que podamos comprobar su poderío fuera y dentro de la pista.
Si recientemente os hablábamos de la posibilidad de subirnos a una de las KTM de Moto2 (equipada, eso sí, con un propulsor del ala dorada) en el circuito de Spielberg; en esta ocasión, la publicación alemana Speedweek destapa las intenciones de los austriacos de poner a disposición de los más quemados una auténtica moto de circuito 100% Ready to Race. Un proyecto que parece aparcar la idea inicial de Stefan Pierer de lanzar 100 réplicas de la KTM RC16 de MotoGP -un movimiento similar al efectuado anteriormente por Ducati con su Desmosedici RR u Honda con la RC213V-S- por su elevado coste, a cambio de ofrecer una moto más asequible, pero de altísimas capacidades, aprovechando la excepcional base que brinda la KTM 890 Duke R. “Así será la moto que lanzaremos, para un uso exclusivo en circuito”, ha declarado Pit Beirer director de KTM Motorspor “la réplica de MotoGP no es algo viable ahora mismo para nosotros”.
Y, tal como se puede apreciar en la imagen difundida por Speedweek, no hay duda de KTM podría tener entre manos una radical deportiva equipada con el portentoso bicilíndrico en paralelo que equipa la 890 Duke R (con más de 120 CV en su versión de calle), el característico chasis tipo Trellis de los austriacos y toda la experiencia que desde 2003 KTM ha adquirido en la competición de más alto nivel sobre el negro asfalto.
Una moto que, conociendo los cambios en la reglamentación que se esperan para 2022 en el Mundial de World Supersport -que permitirá tomar parte a motos con propulsores de mayor capacidad como la Ducati Panigale V2 o la Triumph Street Triple RS- podría reactivar los rumores sobre la llegada de una integrante de corte deportivo a la familia 890, para redondear la oferta de media cilindrada. ¿Llegará la KTM RC890 R?
