Con un palmarés en competición difÃcil de igualar, KTM se ha convertido en el fabricante de motos más exitoso. 316 tÃtulos mundiales en su haber, en diferentes disciplinas, avalan esta afirmación. Con un indiscutible dominio en el terreno del off-road -45 Mundiales de Enduro con sus innumerables victorias en los ISDE, 37 en MX, 17 Dakares (imponiéndose en 225 etapas) …por mencionar algunos nos de sus éxitos- una especialidad con la que todos relacionamos a la firma Austriaca. Sin embargo, desde su fundación KTM ha estado muy ligada al duro asfalto; y en los últimos años no para de demostrar que este medio no le es ajeno.
Kronreif Trunkenpolz Mattighofen
Fundada inicialmente por Johann Trunkenpolz en 1934 (al principio como una tienda de motos y coches), no fue hasta 1953, tras la segunda Guerra Mundial, cuando Trunkenpolz lanzó su primer prototipo: la R 100, que podemos considerar como ‘la madre’ de todas las KTM. Una sencilla moto de 98 cc que ya incluÃa impresas en su depósito las siglas KTM -acrónimo de Kronreif Trunkenpolz Mattighofen-. Tras esto vinieron otros modelos de pequeña cilindrada y 100% asfálticos: KTM R 125, el scooter Mirabelle, Grand Tourist, Tarzan…hasta la llegada de la Mustang R 150 que podrÃamos considerar como su primera aventura en el terreno del off-road.
Resurgiendo de sus cenizas y en manos de Erich Trunkenpolz (hijo de Hans) en la década de los ‘60 KTM comienza a forjar la leyenda off-road que ha llegado hasta nuestros dÃas. Con las enduro GS 125 y 175 y la crossera MC 250 marcaron una época. Esta última, con la que años más tarde (1974) el ruso Gennady Moiseev consiguió el primer tÃtulo Mundial para la firma en MX.
El primer tÃtulo de una larga lista de tÃtulos que se extendieron desde finales de los ‘70 hasta la década de los ‘80, un momento en el que la firma austriaca se convierte en un auténtico referente en las competiciones de off-road (en 1986 se alzan con la victoria en todas las categorÃas de los ISDE). Los únicos capaces de hacer frente a la ofensiva nipona -Honda, Suzuki, Yamaha, Kawasaki- gracias al continuo desarrollo de unas motos que introdujeron algunas mejoras como el disco de freno en el eje trasero, la refrigeración lÃquida por primera vez en un modelo del ‘octavo de litro’...
La crisis de los ‘90 y el renacer de manos de Pierer
Sin embargo, pese a esa larga etapa de éxitos, la crisis de los ‘90 golpeó con fuerza al fabricante austriaco que se vio sumido en la bancarrota en el año ‘91. Hasta que la compañÃa Cross Industries AG -propiedad de Stefan Pierer- adquiere KTM ese mismo año, iniciando un proyecto que convertirá a KTM en la prestigiosa firma que conocemos a dÃa de hoy. Capaz de todo fuera y dentro de la carretera, en las pistas de off-road más exigentes y en los circuitos de velocidad más rápidos.
Unas motos que, sin dejar a un lado el off-road, van adquiriendo cada vez más notoriedad en categorÃas asfálticas. Tanto con sus modelos de carretera -con las intimidatorias naked del aristocrático clan Duke o sus polivalentes Adventure- como en competición. Donde la firma desembarca por vez primera en la categorÃa de 125 cc del Mundial de Velocidad en 2003 (el mismo año que presentan la superbike RC8), antes de dar el paso a 250 (2005) y posteriormente a Moto3 y Moto2 antes de dar el salto a MotoGP. en 2016.
Un acertado movimiento que permite a KTM alzarse con cuatro tÃtulos Mundiales en la categorÃa de Moto3, dos subcampeonatos de Moto2 y más de 100 victorias en el Campeonato del Mundo de Velocidad (entre las categorÃas de 125, Moto3, 250, Moto2 y MotoGP), con mención especial para las 4 cosechadas en la exigente categorÃa máxima.
Llevando a su máxima expresión el eslogan Ready to Race, que demuestra la absoluta capacidad de adaptación de las motos austriacas a cualquier situación y a cualquier medio. Un hecho que les ha convertido en el constructor de motos más exitoso en estos 87 años de historia.
Fotos: Alex Farinelli / KTM / motogp.com
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