Hace sólo unos días, el departamento de comunicación de Honda America daba a conocer algunos de sus modelos planeados para 2022, concretamente la Montesa Cota 301RR que celebra el 75 aniversario de la mítica española de motos de trial, y un Honda Fourtrax Rincon que, haciendo números, cumple 20 años en su versión 2022.

Corrían los primeros años del siglo XXI cuando la industria del ATV echaba literalmente humo. Los cuatro grandes fabricantes japoneses, Honda, Kawasaki, Suzuki y Yamaha, habían recobrado el interés perdido en los años noventa, y a esa carrera se habían unido Bombardier, Polaris y Arctic Cat, sus enconados rivales americanos con los que también estaban enfrentados en la industria de la moto de nieve. En lo que respecta al ATV, ya existían el Yamaha Grizzly 660 4x4, un ATV monocilíndrico de carácter muy aventurero, el Kawasaki KVF 650 4x4 -impulsado por un brioso twin en V- y estaba por llegar el Suzuki KingQuad 700 4x4 de perfil similar al Yamaha.

Por su parte, Polaris tenía el Sportsman 700 Twin, un bicilíndrico en línea del que se vendieron incontables unidades. Bombardier tenía el Quest 650, su robusto y curioso 4x4 permanente, y Arctic Cat seguía ciertamente aletargada con sus antiguos modelos impulsados por motores de Suzuki. Faltaba saber qué preparaba Honda y la firma japonesa se destapó finalmente con el FourTrax Rincon, un ATV tan singular como eficiente que 20 años después continúa en el catálogo de Honda.

Fiel a su particular estilo, Honda también quiso dejar en 2002 su impronta en la industria del ATV después de haber lanzado en el pasado icónicos modelos como el Odyssey –un buggie monoplaza con bastidor multitubular-, el ATC90 –un trike de espartano diseño-, el ATC 250R –imagínate una CR250R de motocross con tres ruedas-, o el TRX 250R –un modelo cuyas icónicas geometrías le han convertido en el mejor ATV deportivo de todos los tiempos-. El Rincon tampoco decepcionó.

En lugar de explorar con potentes motores bicilíndricos, el Rincon empleaba un monocilíndrico de 649 cm3, con cigüeñal longitudinal para evitar perdidas en los árboles de transmisión, y alimentado por carburador que inicialmente no llamaba demasiado la atención. Sin embargo, encerraba distintas soluciones como el cambio de marchas secuencial de tres velocidades y automático mediante convertidor de par, una tecnología que procedía de la industria del automóvil. Pero no era lo único en lo que el Rincon se parecía a un coche. Las líneas de su carrocería evocaban claramente las de los SUV que comenzaban a estar tan en boga entonces, montaba un diferencial delantero de accionamiento automático y, como ordenaban los cánones de la industria de la época, tenía que incorporar casi obligatoriamente suspensión trasera independiente en lugar del tradicional eje rígido.

En busca de gran robustez, las suspensiones se sustentaban sobre dobles trapecios, los inferiores en acero. Para contener el peso, los superiores eran de aluminio en el tren delantero y en todo el tren trasero. Los frenos, típicos discos en el tren delantero con pinzas de doble pistón, consistían en el tren trasero en un único disco transversal que actuaba sobre el propio eje de transmisión.

A lo largo de los años, el Rincon recibió un aumento de cilindrada hasta los actuales 675 cm3, un sistema de alimentación por inyección electrónica con cuerpo de 40 mm y ciertas mejoras de equipamiento, como la versión GPScape –como has intuido, dotada de GPS integrado en la instrumentación-, la dirección asistida o distintas alternativas cromáticas en azul, amarillo, verde claro y oscuro, o negro, así como en tonos camuflaje. Sin embargo, el FourTrax Rincon 2022 retorna en su rojo original y nos atrevemos a decir que a simple vista sólo un ojo entrenado podría distinguirlo de su versión primigenia de 2002. Nosotros te soplamos la diferencia, que se reduce al color de los soportes de carga. Desafortunadamente, es improbable este modelo que llegue a comercializarse de nuevo en el mercado español.