Desde el reciente lanzamiento de la nueva Yamaha R7 -tomando el relevo (a su manera) de la desaparecida R6 “de calle” y confirmando el cambio de paradigma en el segmento de motos deportivas de media cilindrada- prácticamente todos, nos hemos planteado la posibilidad de un movimiento similar que apoyándose en la mecánica de la indomable MT-09.

El escalón intermedio entre la accesibilidad de la R7 y la potencia desmedida de la R1, para aquellos que buscan una deportiva con carácter para un uso mixto carretera/circuito. La Yamaha R9 que, con el comportamiento eléctrico de su tricilíndrico, plantaría cara a la nueva generación de supersport como la Ducati Panigale V2 o las apuestas de Triumph y KTM (Daytona y RC 8C) si finalmente estas dos dos firmas se deciden a lanzarlas a la palestra.

Pues finalmente parece que -tras varios fotomontajes y alguna vela a San Judas Tadeo por parte de algún que otro quemado- la Yamaha R9 está más cerca de lo que podríamos imaginar. Al confirmarse que Yamaha ha presentado la solicitud de registro en Japón de las denominaciones que van desde la R1 hasta R9, además de R15, R20 y R25; pero la mejor noticia es que en la Unión Europea y Australia se ha presentado una petición similar para designación R9. Confirmándose que, en un corto espacio de tiempo podremos ver una nueva deportiva en las filas de Iwata.

Con una potencia de 119 CV a 10.000 rpm y un peso sobre la báscula 189 kg -una relación peso/potencia prácticamente idéntica a la de la R6 (118 CV y 190 kg), cifras obtenidas de la naked MT-09- la Yamaha R9 se postula como la verdadera sucesora de la icónica Supersport. Regalando a esta nueva deportiva con una entrega de par más contundente y con un precio, seguramente, algo inferior a lo que nos tenía acostumbrados la YZF-R6.

Apostamos a que su estampa se alineará bastante con los diseños propuestos por Kardesign, en los que la R9 combina con mesura y acierto elementos de su hermana menor R7, con otros de la jefa del clan YZF-R1; de la que extraerá la última tecnología sorprendiéndonos con una electrónica en la que no faltará: la IMU de e ejes, acelerador electrónico APSG con sensor de posición, modos de conducción, control de tracción, control de deslizamiento, antiwheelie, embrague antirrebote, quickshifter, ABS en curva...

Una deportiva que abrirá un nuevo capítulo en un segmento que hace unos años parecía estancado, pero del que se espera un fuerte resurgir gracias a este tipo de modelos.