Los pabellones del Verona Motor Bike Expo han sido testigos de la presentación por parte de BMW Motorrad Italia de estas dos particulares interpretaciones de la custom R 18. De manos del preparador American Dreams -sobre un proyecto desarrollado por la revista LowRide- la deportiva R 18 M, y efectuada por el taller de customización Garage 221 la R 18 Aurora.
Dos preparaciones que destapan dos facetas totalmente opuestas de la cruiser bávara, pero igualmente atractivas y excitantes.
BMW R 18 M
Adoptando la decimotercera letra del alfabeto, como corresponde a los vehículos de cuatro ruedas más deportivos de la firma de Múnich (y desde el pasado año también a las motos con la llegada de la superbike M 1000 RR), la R 18 M exhibe un arrebatador estilo deportivo, respetando las líneas clásicas del modelo.
Una cruiser más divertida de pilotar, en la que han colaborado muchos nombres conocidos reunidos por la publicación transalpina LowRide: Desde Oberdan Bezzi (realizando los primeros bocetos), Elaboratorio encargándose de llevar a cabo en fibra de vidrio el colín y el cupolino, Carbon Italy fabricando todos los elementos en este noble material (tapas de los cilindros, conductos de admisión…), L.R. Leathers el tapizado del asiento monoplaza y ER Exhaust Revolution realizando un trabajo sensacional con el nuevo sistema de escape. Todo bajo la dirección y supervisión de American Dreams.
BMW R 18 Aurora
Por su parte el proyecto de Garage 221, la R 18 Aurora defiende un concepto más turístico como revela su elegante Batwing. Una moto inspirada en las cruiser de los ‘70 que respeta, como la R 18 M, las líneas maestras de la custom de la Bayerische Motor Werke.
Combinándolos con otros elementos fabricados de manera artesanal -soportes de los guardabarros y sillín o los brazos porta matrícula- y accesorios de la industria auxiliar. Como el escape realizado exprofeso para la R 18 Aurora por Leo Vince. Y en la que encontramos algunos guiños a los “cuatro ruedas” de BMW, en detalles como el diseño del radiador de aceite emulando la calandra de los automóviles de la firma alemana de los años ‘60. “Un trabajo muy duro” -según revela Pier Francesco Marchio de Garage 221. “"pero con un resultado realmente sorprendente”.
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