Los neumáticos no son de hierro, y claro, sea la marca que sea, un clavo o cualquier otro elemento punzante te puede arruinar el día. ¡Pero tiene fácil solución! Antes de nada, lo óptimo es conocer el estado de tu neumático. Que no suene a cliché, porque en la moto, el neumático es el elemento de seguridad pasiva fundamental sobre el que apoyamos toda nuestra confianza. Así que vigila bien las presiones, forma y dibujo de las gomas, estado general… Si están en mal estado, evitarás un posible inconveniente.

Hay gamas de neumáticos para todo tipo de motos, y con eso, no se juega. La marca importa, sí. Por ejemplo, Continental. Tienen gamas para todo tipo de motos: trail, deportivas... Sin ir más lejos, los ContiTrailAttack 3 para las trail de uso mixto, y sus exitosos TKC 70 y TKC 70 Rocks, los ContiRaceAttack 2 Street para calle o los ContiRoad para sport touring. ¡Haznos caso que hay que elegir unas buenas gomas antes de salir a rodar! 

Y si ya es tarde sea el motivo que sea, preocúpate porque todo salga bien. Así que te recomendamos que sigas estos pasos, uno por uno:

Apartarte y señalizar

Seguro que, ya hace unos cuantos años (quizá ni te acuerdes), en una de las preguntas de la teórica del carnet te preguntaban por las siglas PAS: proteger, avisar y socorrer. Pues eso es precisamente a lo que vamos. Protégete y apártate lo máximo posible de la circulación y evita hacerlo en mitad de una carretera o carril. Si notas un pinchazo repentino, agarra bien el manillar con firmeza y ve reduciendo velocidad, pero en ningún caso frenes bruscamente. Al mismo tiempo, activa las luces de emergencia.

Lo más habitual es que el neumático se haya pinchado con un elemento punzante que hace de tapón y el aire sale de forma lenta, así que tendrás tiempo de reacción extra. Un arcén, un área de servicio o un lugar apartado en la ciudad te podrían valer.

Kit de pinchazos provisional

Nos plantamos ante un problema. ¿Y ahora qué? Te recomendamos que entre tus enseres de viaje incluyas un kit antipinchazos o un spray de espuma. Ambos son soluciones temporales. Reiteramos, temporales. Te permitirán hacer un arreglo provisional, pero necesitarás cambiar el neumático sí o sí. En el caso de que sea un objeto punzante, no lo saques.

En el caso de un spray de espuma: una vez localizado el agujero, conecta el spray con la rueda a través de la válvula de inflado y a continuación, apretar el pulsador hasta que toda la carga del bote se haya introducido en la parte interna del neumático. Así, el líquido penetra en la válvula, se expande, se solidifica y sella el pinchazo.

Si es un kit antipinchazo: retira el objeto con las pinzas o tenazas. Rellena el agujero con el material elástico y luego introduce el pegamento flexible. ¡Así de fácil! También se incluye punzón, tiras de goma, gotella de gas y adaptador de botellas.

Cuidado cuando retomes la marcha

Ahora viene la parte más interesante, una vez solventado el problema, echas a rodar de nuevo. Si lo has conseguido, bien. No dejes nada sobre la carretera y circula a baja velocidad. Lo más seguro es acudir al taller más cercano y cambiar el neumático cuanto antes, ya que esto es solo una solución temporal.

Un buen seguro te ahorrará dolores de cabeza

Confía en nosotros cuando te decimos que un buen seguro te ahorrará dolores de cabeza, casi literalmente. Si has seguido los pasos consecuentemente, o si los vas a seguir en el futuro, y finalmente lo arreglas, genial. Pero si no, te tocará llamar a la asistencia. Por eso, un buen seguro de moto es elemental, en el más amplio sentido de la palabra.

Y es que, tal y como recomienda Continental, muchos seguros excluyen en sus cláusulas a los neumáticos, y es un problema que deberías cerciorarte de que esté cubierto, ya que algunos cubren reparación, pero no recambio, o el desplazamiento al taller.