El lanzamiento de la nueva GS es todo un acontecimiento dentro del mundo de la moto. Se trata del modelo más icónico y la referencia dentro todo del universo trail, de ahí la gran cantidad de comentarios y contenidos generados cuando el pasado 28 de septiembre se mostrase por vez primera en su presentación oficial y renovada de los pies a la cabeza. La fecha y el lugar elegido para el evento no podía ser otra: el día en el que BMW cumplía sus 100 años de existencia y en el mejor escenario posible, la factoría de BMW Motos en Berlín.
He tenido la gran suerte de poder acudir a este evento gracias a que Motofichas era uno de los pocos medios españoles invitados. Y no sólo por haber sido de los primeros en ver y tocar la nueva GS, sobre todo por haber podido disfrutar de cómo se fabrica la moto paso a paso tras una visita guiada por la factoría de BMW. Y es que no todos los días se tiene la oportunidad de caminar entre robots de última generacion y personal especializado que ensamblan pieza por pieza cada una de las motos que después llegan a los concesionarios. Ha sido sin duda una gran experiencia que cualquier aficionado puede disfrutar pues la fábrica tiene horarios de visitas por menos de 12 euros.
Instalaciones de última generación y 900 motos al día
Ya desde el exterior te haces una idea de la magnitud de la factoría, con una extensión enorme -prácticamente 220.000 metros cuadrados en donde trabajan más de 2.000 empleados-, combinando edificios más modernos con otros de ladrillo que muestran la tradición de la compañía germana. Hay que estar atento, pues hay un gran trasiego de camiones y maquinaria de carga moviéndose de un lugar a otro, incluso cuando accedes al interior de las instalaciones, siempre se obliga a seguir los caminos reservados para los que se mueven a pie de cara a evitar accidentes por parte de máquinas conducidas como por otras robotizadas sin conductor. Y es que la fábrica de BMW Motos está cada vez más automatizada, con robots encargados de realizar tareas rutinarias o de mover piezas y cajas pesadas. Me llamó la atención cómo los propios robots detectan la presencia humana y se detienen o simplemente varían su trayectoria para seguir con su cometido.
Un bóxer en 90 minutos
La cadena de montaje combina puestos robotizados, por lo general los de soldaduras y bloques de motor, con los que son gestionados por operarios, aunque ayudados por máquinas que soportan el peso del conjunto. Sólo la zona de ensamblaje de motor requiere la presencia de más de 200 personas que en unos 90 minutos montarán el bóxer de la GS. Una vez ensamblado el motor, se comprueba de forma individual algunas variables, como el par motor, la velocidad, las emisiones de ruido y se someten a distintas pruebas para prevenir fugas.
Listas para el concesionario
Conforme se va avanzando, las motos empiezan a coger forma y cuando salen de un puesto, van automáticamente a otro, a veces a nuestra altura y a veces por encima nuestro. En cada puesto, además, los operarios que realizan su función son los encargados de dar el “OK” mediante un botón, certificando el tiempo necesitado para ello y que todo está correcto.
Según vas caminando por departamentos, se ve la “evolución” de la moto, siendo curiosa la mezcla de modelos. Y es que aunque el plato fuerte en nuestra jornada era la nueva R 1300 GS, en algunos puntos se juntaban con otros modelos que también se fabrican en Berlín.
BMW Motorrad Welt
Otro de los atractivos de la visita a la fábrica de BMW Motorrad se encuentra en el nuevo espacio de la marca dedicada en exclusiva a sus motos. Se trata del BMW Motorrad Welt, inaugurado también el pasado 28 de septiembre y que cuenta con más de 1.000 metros cuadrados dedicados a repasar la historia y el presente de los modelos de dos ruedas alemanes más emblemáticos. A la fiesta de inauguración acudíamos más de 150 invitados, entre los que se encontraban también políticos y personalidades públicas.
El BMW Motorrad Welt abre todos los días de la semana de 10 de la mañana a 7 de la tarde y supone un espacio de esparcimiento donde también se puede degustar de la gastronomía local donde hablar de motos tranquilamente saboreando una cerveza o asistir a algunos de las numerosas actividades planificadas.
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