Así lo ha confirmado el Concejal de Movilidad, Eduard Freixedes, que anunció la firme decisión del gobierno municipal de Xavier Trias (CiU), después de la reunión de la comisión de trabajo creada para estudiar las condiciones en las que se podría hacer.

Lo cierto es que aunque en ciudades como Madrid la experiencia dice que es una medida positiva, Barcelona es un caso completamente aparte por la gran cantidad de motos y scooters que circulan. No es comparable y podría llegar a colapsarlo al confluir con los taxis y autobuses. Así que en cierto modo se entiende la decisión.

Lo malo es que CiU se había comprometido a modificar el reglamento para permitirlo si ganaba las elecciones. Y ahora de desdice en aras de la seguridad para no asumir nuevos accidentes ya que según los estudios presentados y analizados, estos aumentan un 37 % y las lesiones graves un 50%, por lo que concluyó, "no podemos asumir un incremento de 11 accidentes". Un informe del RACC  también ha sido influyente para que se haya reconsiderado algo que parecía un cambio inminente y beneficioso para la moto.

Además es una postura inamovible según Freixedes, “el grupo de trabajo de la moto tiene mucho trabajo por delante, pero  en el caso del carril bus no hay camino que recorrer”.