▷ Así suena la salvaje y refinada BMW M 1000 XR

Parece una potencia ilógica para una moto así pero cuando la pruebas eres consciente del salvaje pero correcto planteamiento, así como del grado de sofisticación que ha alcanzado este motor, ya que por debajo de la zona de rendimiento explosivo, hasta las 4.500 rpm, es una mecánica muy suave, dulce y progresiva. Todo esto es típico de los motores con arquitectura de cuatro cilindros pero llama la atención cuando estamos ante unas cifras de potencia semejantes.

Sin embargo todo cambia cuando el motor gira por encima de las 5.000 revoluciones, momento en el que el empuje se vuelve muy vigoroso y el sonido cada vez más estimulante y deportivo. Sube de vueltas con una facilidad pasmosa y ganamos velocidad a un ritmo vertiginoso conforme el motor sube de vueltas, sin parar de empujar con un ímpetu tremendo. De hecho es un propulsor capaz de escalar por encima de las 14.000 rpm pero es realmente complicado llevarlo a esa zona en carretera porque simplemente no hay suficiente margen de espacio. Un auténtico prodigio que se puede resumir en dos palabras: seda y dinamita.