La pudimos ver por primera vez en el EICMA de 2023, pero hemos tenido que aguardar un año más para poder tocarla, sentirla y probarla durante la presentación internacional a la que hemos asistido. Hablamos de la Honda CB1000 Hornet, una moto naked con un claro toque streetfighter que llega al mercado para romper todos los esquemas.
Y es que Honda ha conseguido una moto que es muy competitiva en todos los aspectos. Dinámicamente es una moto que cuenta con una tecnología más que probada: un chasis tubular que encuentra el equilibrio perfecto entre la rigidez y la flexibilidad que necesita una moto para disfrutarla con precisión en la calle. Pero también es competitiva en lo que a motor se refiere, pues Honda ha empleado como base el motor de la Honda CBR1000RR de 2017 aunque adaptándolo a las necesidades de una moto naked y cumpliendo con la normativa Euro5+ que cuenta con 152 CV en la versión estándar.
Si nos fijamos en la parte de la gestión electrónica podemos decir que cumple con lo básico y va un paso más lejos de lo que ofrecía la anterior CB1000R, aunque lo cierto es que no le hubiera ido mal el contar con una IMU que pudiera gestionar el control de tracción y el ABS en curva.
La estética, aunque es sencilla y además entra en juego el apartado de los gustos cumple con lo que promete. Sigue la línea que ya hemos visto en sus hermanas pequeñas pero a la vez tiene su propio carácter, yendo un paso más lejos y dejando clara quién es la “jefa” de la saga Hornet actual.
La Honda CB1000 Hornet está disponible en dos versiones
A todo esto hay que sumarle que además de la versión estándar tenemos la versión SP, que es a la que hemos podido subirnos para probarla y que funciona de fábula disponiendo de elementos diferenciadores como los frenos Brembo Stylema, quickshifter ajustable en tres niveles, amortiguador trasero Öhlins TTX36 y cinco CV extra que la sitúan en los 157 CV.
Lo mejor de todo, es que si es competitiva en la carretera también lo es en los concesionarios, porque la versión estándar tiene un PVP de 10.990 euros y la versión SP de 12.900. Una contundente declaración de intenciones por parte de la firma japonesa.