Los intermitentes son una parte vital y, de hecho, la única por el momento con la que los usuarios de las vías públicas pueden comunicar sus cambios de dirección. Los reglamentos de conducción recogen que su uso para cambiar de carril o tomar un desvío son obligatorios, pero la Unión Europea está constatando como eso no es así especialmente con los usuarios de la moto.
Y es que, tal como recogen los datos que continuamente están recogiendo las cámaras de tráfico con el sistema INCT por sus siglas en español (INtermintentes Controlados por Tráfico) de reconocimiento de uso de intermitentes y similares a las que se emplean para las líneas continuas son más las motos que no hacen uso de estos, especialmente en los cambios de carril.
Estamos acostumbrados a ver cómo, a pesar de no estar permitido, miles de usuarios cada día hacen cambios de carril para ir evitando el tráfico y llegar antes a su destino. Los zigzag en marcha y sin señalizar son el principal objetivo de esta medida que, según hemos podido saber, está en fase de borrador.
Afortunadamente para los usuarios de moto esta medida que entrará en vigor justo dentro de un año, el 28 de diciembre de 2025, no está definida del todo y aunque la Unión Europea es firme al respecto está investigando junto con los fabricantes la manera de integrar tecnologías que impidan el cambio de carril o los giros sin antes haber señalizado la maniobra.
La norma entra en vigor en un año, pero todo está por concretar
Tal como consta en las actas de las reuniones previas hay dos grandes grupos. Por un lado están los fabricantes europeos, más refinados y tecnológicos que abogan por sistemas de detección de cambio de carril que o bien accionen los intermitentes o bien, a través de complejos sistemas de giroscopios integrados impidan que la moto gire si no se activan. La lucha por estas ideas en el seno de los fabricantes europeos están siendo intensas porque sería un sistema caro de implementar y no podría hacerse de manera fácil en las motos que están ya en la calle.
Y es que en su locura, la Unión Europea pretende que cuando entre en vigor la normativa las motos desde 1990 tengan que ser transformadas para cumplirlo. Es entonces cuando la alternativa propuesta por los fabricantes asiáticos, con una cultura que buscar ser más recta en sus comportamientos, parece prácticamente la única solución viable. Su propuesta implica instalar también sensores, en este caso de inclinación y de cambio de carril, pero en lugar de activadores o giroscopios, proponen unos electrodos que transmitan pequeñas descargas eléctricas a los usuarios.
Esta medida, que puede parecer drástica, entronca con la filosofía de educar a toda costa para que el comportamiento sea correcto y pensando en la sociedad y no en el individuo. Otro de los puntos que está sobre la mesa en esta propuesta es el lugar de la descarga y la energía aplicada, pues mientras unos se decantan por las descargas en las manos otros prefieren los pies y se ha filtrado, que incluso, hay propuestas para que las descargas lleguen al usuario a través del asiento.
Habrá que esperar unos meses para ver el desarrollo, pero un calambrazo en salva sea la zona no debe ser muy agradable, así que por el bien de todos mejor empezar a usar los intermitentes correctamente o, en el peor de los casos, que la industria europea sea capaz de plantar cara a la asiática y sus métodos correctivos…