Era 1970 y en la milla 13 del TT de la Isla de Man terminó la epopeya del equipo OSSA en el Mundial de Motociclismo. Santi Herrero, el legendario piloto que estaba llamado a convertirse en campeón del mundo del cuarto de litro y a la sazón en gran estrella nacional de la moto -si no eclipsando sí compartiendo este honor con Ángel Nieto- perdía la vida al chocar con otro piloto en la última vuelta a lomos de la revolucionaria OSSA 250 GP, una moto pionera que no se parecía en nada al resto de máquinas presentes en la parrilla y que con un solo cilindro estaba poniendo en jaque a las poderosas pluricilíndricas japonesas.

art-tic-ossa-monocasco-03Una proeza con trágico final sustentada principalmente en el magistral pilotaje del madrileño afincado en Bilbao, donde dio sus primeros pasos en el motociclismo de la mano de la marca Lube, pero que mecánicamente hablando estaba dejando con la boca abierta a toda la industria mundial gracias a la inédita concepción de la OSSA con bastidor monocasco de aluminio, realizado de forma artesanal como una única viga que integraba en su interior el depósito de gasolina y rodeaba por arriba el monocilíndrico de dos tiempos refrigerado por aire (la versión de agua estaba ya en fase de pruebas) y con válvula rotativa. Todo ello era obra del joven ingeniero Eduardo Giró, que se postulaba como un prometedor baluarte de la empresa familiar.

Esta historia ha hecho correr ríos de tinta y la mala fortuna no sólo nos privó de Santi sino que además marcó para siempre a la marca OSSA. Por eso es agradable comprobar cómo el mundo del diseño industrial no olvida la osadía de aquel pequeño grupo de valientes que diseñaron un producto que rompía con todos los conceptos al uso a finales de los años 60. Desde Barcelona Art-Tic nos ofrece un regalo para la vista, esta preciosa moto eléctrica con un claro toque vintage, de momento poco más que un ejercicio de estilo, pero llena de detalles atractivos.

ossa-monocascoLa forma de caja de la carrocería tiene cierta inspiración en el inconfundible estilo del bastidor monocasco de la OSSA, y la cubierta superior está sujeta con dos cintas de cuero. Quizá no sea un bastidor monocasco lo que se esconda debajo de su vestido, pero esta sin duda es “monopieza”, carenando la dirección y el faro redondo de cerco cromado. A los lados quedan los manillares rectos y diminutos y por debajo asoma una horquilla que termina en atractivos y finos soportes del eje delantero sobre el que gira una llanta de radios con grueso aro. Los bocetos realizados por los diseñadores muestran una versión con pequeña y ornamental cúpula de metacrilato, inspirada una vez más en la moto de Santi Herrero, y otra versión sin este apéndice aerodinámico. Detrás, un fino basculante con el guardabarros suspendido por varillas cromadas sujeta la llanta lenticular en la que bien podría estar alojado el motor que de vida a la Ossa Monocasco Racing de Art-Tic. Como vemos el emblema de OSSA remata con orgullo los laterales… ¿será que la renacida marca catalana quiere impactar al mundo de nuevo? Ojalá…