El ganador de diez París-Dakar (seis en moto y cuatro en coches) se atreve con todo y la mejor prueba de ellos son estas fotos tomadas en las dunas de Merzouga. Sobre una superbike de 182 CV ataviada con los colores del 50º aniversario de la marca japonesa, el francés no tuvo reparo en exprimirla sobre un terreno prohibido para una moto especialista en circuito de asfalto. Para ello Michelín le montó unas ruedas especiales con las que poder pilotar de la manera que veis en las imágenes.

Sin control de tracción, la bestia de Iwata parecía un juguete en manos del experimentado piloto francés, capaz de todo cuando hablamos de off-road. De hecho, este mismo año fue capaz de volver a ganar el Dakar en coches por tierras sudamericanas, tras su última victoria en 2007.

Por si todavía alguien lo dudaba, estas fotos dejan claro que Peterhansel es el absoluto rey del desierto.