La historia de tan curiosa máquina es fruto de la pasión por la mecánica italiana de David Kay, uno de los más respetados expertos en MV Agusta a nivel mundial. Uno de sus mitos era Enzo Ferrari, y como homenaje a il commendatore en 1995 se propuso hacer lo que mejor sabÃa: una moto única con motor MV Agusta de 900 cc., cuatro cilindros en lÃnea, doble árbol de levas y dos válvulas por cilindro, inyección electrónica, cárteres de magnesio y aluminio y cambio de 5 velocidades que entregaba la ya entonces exigua cifra de 105 caballos a 8.800 rpm.
Es evidente que en la época de construcción de la moto este propulsor de principios de los 70 estaba ya más que superado, pero en la industria italiana de los 90 no habÃa nada más moderno que pudiera expresar mejor que él el espÃritu de los agudos pluricilÃndricos de Maranello. Un motor de Ducati suena a percusión, no a viento; y los motores de cuatro o más cilindros producidos en Italia hasta aquel entonces eran inaccesibles, más que nada porque no pasaban de ser poco más que fuegos artificiales (Laverda V6, Morbidelli V8…) o no tenÃan suficiente pedigrà (Benelli Quattro y Sei). Asà pues, sea como fuere, el sonido de sus cuatro negros escapes megafónicos debe resultar francamente evocador.
Llama la atención que la carrocerÃa completa está realizada en aluminio en lugar de los habituales materiales plásticos o la fibra de vidrio… asà que esperamos que su nuevo propietario no tenga la desgracia de ver cómo esta preciada pieza única besa el suelo, ya que reparar los daños cosméticos serÃa una tarea difÃcil y laboriosa.
Ahora la casa de subastas Bonhams acaba de bajar el martillo ante una puja de 85.000 libras (104.744 euros), bastante menos de lo que su anterior propietario pretendÃa obtener por ella en principio, puesto que en 2008 también salió a subasta con un precio de reserva (cantidad por debajo de la cual el comprador se reserva el derecho de retirar el producto) de 180.000 libras que no fue alcanzado, y en 2010 intentó de nuevo sin éxito venderla en eBay por la desorbitada cantidad de 250.000 libras. Ahora, bajando sensiblemente sus pretensiones ha encontrado alguien que tenga en su garaje un Ferrari de dos ruedas, seguramente para hacer compañÃa a otros de cuatro.
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